Los gobiernos de Reino Unido y de Francia investigan actualmente la colisión entre dos submarinos nucleares que se produjo a principios de este mes en medio del océano Atlántico, si bien el Ministerio de Defensa británico ya ha subrayado que no hay riesgo para la seguridad.
Según informa el diario ‘The Sun’, el impacto se produjo entre el ‘HMS Vanguard’ y el galo ‘Le Triomphant’, ambos con cabezas nucleares en su interior, después de que, pese a que contaban con importantes equipos tecnológicos dotados de sistemas de sónar, ninguno detectase que se encontraban en la misma área.
El suceso se habría producido entre el 3 y el 4 de febrero y, según confesó al tabloide un alto cargo de la Marina, las posibles consecuencias de la colisión son “impensables”. Así, a pesar de que una explosión nuclear aparece como “muy improbable”, una fuga radiactiva “es una posibilidad”.
En este sentido, recordó la presencia de cabezas nucleares en el interior de las naves, así como un importante número de tripulación, 240 entre los dos, que podrían haber hecho la situación “peor”. “Habría sido un desastre nacional”, aseveró, si bien, de forma oficial, el Ministerio de Defensa ha evitado confirmar el incidente en base a que va “en contra de su política comentar operaciones submarinas”.
Sin riesgo de seguridad
En cualquier caso, un portavoz del departamento subrayó que no se había producido ninguna quiebra de la seguridad nuclear y que podía “confirmar que la capacidad disuasoria de Reino Unido ha permanecido sin afección alguna todo el tiempo”. “No ha habido ningún compromiso para la seguridad nuclear”, aseveró.
No obstante, según la BBC, las dos naves, “armadas de manera importante” y clave en el dispositivo nuclear de ambos países, quedaron seriamente dañadas, pese a las insistencias tanto de las autoridades británicas como de las galas de que no hay peligro nuclear.
Además, ambas podrían llevar misiles, si bien ningún miembro de las tripulaciones resultó herido, según confirmó un portavoz de la Marina francesa, mientras que el submarino británico ha regresado ya a su base en Faslane, en el fiordo de Clyde (Escocia).
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