Un anciano discapacitado, a quien su mujer golpea por considerarlo ‘inutil’, cuenta su historia
Con lágrimas en los ojos, don Cristobal*, un habitante de Soacha, quien padece de parálisis en media parte de su cuerpo, relató la terrible odisea familiar que enfrenta, por culpa de una mujer que se cansó de llevar a cuestas su enfermedad y quien desde hace algún tiempo, cambió los besos y las manifestaciones de afecto, por los insultos y los golpes.
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En este tiempo, donde tanto se habla de mujeres maltratadas por sus maridos, de violencia de género y de liberación femenina, a Don Cristóbal le tocó la mala suerte de encontrarse con una mujer que lo lastima física, moral y verbalmente.
Esta es quizás una de las pocas historias diferentes en este país, no porque no haya violencia, sino porque el protagonista es un hombre al que el destino, después de muchos años de matrimonio, aún no le retribuye los esfuerzos realizados para comprar una casa, para mantener a una mujer, o al menos para ser feliz.
Apoyado de unas muletas, este hombre de mediana estatura y en cuyo rostro se refleja la amargura de los trágicos días vividos durante los últimos años, tocó a las puertas de Radio Santa Fe para pedir al menos que escucharan su drama.
Después de 20 años de convivir con su esposa, la que al principio, según narra, era cariñosa y tenía siempre un gesto de comprensión y amabilidad para con él, se ha convertido en el suplicio diario de un hombre, que según se describe, sólo ha sabido trabajar para llevar a su casa el pan de cada día.
Todo empezó, manifiesta, cuando hace cinco años, él comenzó a sufrir de una enfermedad que le ha dejado paralizado el lado derecho de su cuerpo. Por ironías del destino, el hombre útil que siempre había sido, se convirtió en el ‘inútil de la casa’ y esa persona por la cual había entregado todo, no fue capaz de retribuir, al menos por agradecimiento, lo que él le había dado.
Quizás podamos parecer parciales y tendríamos que conocer la otra cara de la moneda, es decir, la versión de la esposa, pero dadas las circunstancias, simplemente estamos cumpliendo con la petición de don Cristobal, quien nos pidió encarecidamente dar a conocer su calvario.
El problema, continúa don Cristobal, se agudizó aún más cuando, ante la insistencia de su mujer, decidió escriturarle la casa y ponerla a nombre de ella.
Desde ese día, cada vez que quiere lo hecha de la casa, no sin antes golpearlo con lo primero que se encuentra a la mano. Ya no hay palabras de amor, de afecto y menos de consideración. Don Cristóbal ya no tiene paciencia, pero lamentablemente no puede ni siquiera defenderse porque su limitación física se lo impide. Aunque dice que él nunca se le pasaría por la mente levantar la mano contra quien ha sido su compañera por tanto tiempo. Esa misma que no escatima palabras groseras y humillantes para recordarle a su esposo que simplemente es ‘un inútil’.
Ayer– dice – tuvimos una discusión por reclamarle que me dejara uno de los dos apartamentos que hay en la casa, puesto que en el primero vive un hijo de ella, me pegó y me sacó de la casa.
Don Cristobal dice que ha acudido a la Policía, para que le ayuden, a la Fiscalía y como no tuvo otro remedio, acudió a Radio Santa Fe para contar su historia, su drama, para ver si alguien por fin se compadece de él o al menos escucha su tragedia.
Dice que en una ocasión, el tuvo una reacción fuerte, rompió un vidrio con su muleta, salió de la casa pero dos cuadras más adelante lo alcanzó con una amiga y entre las dos lo golpearon en plena plaza pública. Ese día, dice, tuvo que pasar la noche en la calle porque no lo dejó entrar a la casa. Esa misma que compró a cuotas y que por la confianza que le tenía a su esposa le entregó, como le entregó incondicionalmente su vida, durante los años de convivencia.
Para no hacer más larga esta historia, don Cristobal, quien vende helados en un parque para sobrevivir, dice que lo único que pide es que le dejen uno de los dos apartamentos de la casa para poder vivir tranquilo los últimos días de su vida.
Quizás los casos como estos sean escasos en un país de machistas, donde anualmente más de 50 mil mujeres son maltratadas, pero esto no le quita peso a una historia trágica donde la mujer es la victimaria y el hombre una simple víctima de los caprichos del destino.
*Nombre cambiado
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