Por:Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (59)
La sentencia popular enseña que es mejor prevenir que tener que lamentar. La prevención, el cuidado, el evitar ponerse en peligro, el no tomar riesgos sin las debidas precauciones, estar alertas, no son virtudes del ser humano. Por el contrario, el descuido, el exceso de confianza, el creer que lo cuida el ángel de la guarda, son paradigmas que van juntos con la conducta humana.
La mujer, al comienzo de la historia dominaba el hogar. Fue la época del matriarcado. El hombre era nómada y familiarmente irresponsable. Cuando el hombre se apoderó de la riqueza, desplazó a la mujer y se autonombró patriarca. La mujer aceptó y llegó a convertirse en objeto y propiedad del hombre. Durante siglos fue así. Para cambiar el esquema se requieren años y educación, cultura, hábitos de respeto a la mujer y de paso a los niños y niñas.
La gran tarea no es pedir castigos más severos y amenazar con denunciar, sino educar para prevenir y dar armas eficaces para contrarrestar la violencia en todas las formas usuales contra la mujer.
Las agresiones verbales, psicológicas, económicas, que no dejan hematomas son más graves que las físicas que no dejan secuelas.
El hombre se cree dueño de la mujer y hasta dueño de la vida de la mujer. Por eso hay quienes dicen: “Si no eres para mí, no serás para nadie” y ante la primera sospecha decide lesionarla, dañarle la cara con ácido o asesinarla. Para esas mentes machistas que son enfermas, hasta se justificaría la cárcel perpetua en colonias imposibles de abandonar.
En Colombia hemos avanzado en teoría y algo en la práctica, para detener la violencia contra la mujer. Desde 1.980 no es lícito defender el inexistente honor sexual en cuanto se debe fidelidad, aun con el pensamiento. Los delitos de lesiones personales, la violencia intrafamiliar, los delitos contra la libertad sexual y el homicidio, se han agravado y más si se daña a una mujer por el solo hecho de ser mujer. Se han creado redes de denuncia, pero hay déficit de prevención y de cultura de autoestima. La mujer desafía y no pocas veces se pone en el mismo plan de violencia frente al hombre y se expone inútilmente a recibir daño. Claro que esta exposición no justifica los daños.
Es muy importante destacar que el acceso a la educación, a la buena educación, al trabajo decente que garantiza ingresos para que la mujer sea autosuficiente se han incrementado en buena forma. Pero no lo suficiente.
Las estadísticas sobre hechos de violencia contra la mujer, hechos denunciados ante las autoridades, dan cuenta de que cada 6 minutos es agredida una mujer. Si apreciamos las violencias no denunciadas, se puede establecer que cada 3 minutos es agredida una mujer y si contamos los minutos tomados por el agresor para planear el ataque llegamos a la conclusión de que no hay un solo instante en el que no se cometa una agresión contra la mujer. Causa alarma, intimida y genera zozobra esta cifra que muestra agresiones sin solución de continuidad.
En la red se lee: “La prevención es el tema de 2015 para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra el 25 de noviembre, y del llamado a favor de la acción que se lleva a cabo durante 16 días de la campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres. (Termina el 10 de diciembre, día universal de los derechos humanos) Este año, en la conmemoración oficial de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, se presentará y debatirá el primer Marco de las Naciones Unidas para prevenir la violencia contra las mujeres (Cámara del ECOSOC, de 10 de la mañana a 12 del mediodía). Este documento surge de la colaboración de siete entidades de las Naciones Unidas: ONU Mujeres, OIT, ACNUDH, PNUD, UNESCO, UNFPA y OMS. El marco establece una visión común para el sistema de las Naciones Unidas, las personas encargadas de formular políticas y otras partes interesadas respecto a prevenir la violencia contra las mujeres y proporciona una teoría del cambio para respaldar la acción”
Si es verdad que en La Habana se firmará la paz, tomemos la decisión de firmar con nosotros mismos, la paz con las mujeres. ¡Ahora mismo! ¡YA! No más violencia contra las mujeres.
Bogotá, 23 de noviembre de 2015.
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