Más 10.000 personas habrían muerto por el devastador ciclón en Mianmar, según el ministro birmano de Relaciones Exteriores, Nyan Win, quien anunció en la televisión pública que es la cifra estimada por los organismos oficiales y que aún no han tenido acceso a todas las zonas afectadas.
Laura Blank, vocera de World Vision, dijo el lunes que “este es posiblemente el más devastador desastre natural en el sureste asiático desde el tsunami” que mató a unas 230.000 personas en 12 países del Océano Indico.
“Hay gran cantidad de necesidades importantes”, dijo Blank, “pero la más importante es agua potable”.
El gobierno dijo el lunes que el saldo oficial de muertos era de 3.939 y casi 3.000 más desaparecidas en un solo poblado.
Diplomáticos extranjeros declararon que el canciller Nyan Win aceptó la posibilidad de que el saldo final alcance los 10.000 muertos, durante una conferencia el lunes ante representantes de la ONU y agencias internacionales de ayuda.
Los diplomáticos, que hablaron bajo condición de anonimato debido a que la reunión se realizó a puerta cerrada, declararon que el ministerio de Relaciones Exteriores reconoció 59 muertes en Yangon, la mayor ciudad del país.
Durante la reunión con diplomáticos extranjeros y representantes de la ONU, el canciller dio la bienvenida a la ayuda humanitaria internacional. Dijo que se necesita urgentemente materiales para techos, tiendas de campaña, medicina, píldoras de purificación de agua, mantas y mosquiteros.
La vecina Tailandia dijo que enviará ayuda el martes.
El ciclón Nargis azotó el sábado la nación del sureste asiático, antes conocida como Birmania, con vientos de hasta 193 kilómetros por hora (120 millas por hora). El meteoro arrancó los techos de centenares de viviendas, dañó hoteles, escuelas y hospitales en Yangon, la ciudad más grande de Mianmar, que quedó sin electricidad.
La radio, que transmitía desde la capital del país, Naypyitaw, dijo que otras 2.879 personas estaban desaparecidas en una sola ciudad, Bogalay, en el área del delta del río Irrawaddy, donde la tormenta causó los peores daños.
La situación en las zonas rurales seguía poco clara a causa de los problemas con las comunicaciones y carreteras que quedaron intransitables por el paso del meteoro.
“Está claro que estamos lidiando con una situación muy grave. La magnitud total del impacto y las necesidades tendrá que ser evaluada extensamente en el terreno”, dijo Richard Horsey, portavoz de la oficina de asuntos humanitarios de la ONU en Bangkok, Tailandia.
“Lo que se sabe en estos momentos es que existen centenares de miles de personas en extrema necesidad de albergue y agua potable”, dijo Horsey.
La junta militar de Mianmar ha rechazado durante décadas la ayuda de la comunidad internacional. El lunes, sin embargo, pidió ayuda.
Pero el Departamento de Estado norteamericano dijo que el gobierno de Yangon no había autorizado aún el ingreso al país de un equipo de asistencia humanitaria.
La situación en zonas rurales sigue siendo imprecisa, debido a la falta de comunicaciones y a la destrucción de caminos.
“La vasta destrucción hace más difícil llevar asistencia a las personas más necesitadas”, dijo Michael Annear, coordinador regional para asistencia en desastres de la Federación Internacional de la Cruz Roja, en Bangkok.
Información AP