Más de 10.000 personas muertas y un número indeterminado de desaparecidos, era hasta anoche el saldo trágico del terremoto de 7.8 grados en la escala Richter que sacudió a la República de China hace 48 horas.
La cifra de personas muertas reveladas en este informe, solo se concentra a la provincia china de Sichuan, razón por la cual el número de victimas crecerá en las proximas horas cuando se conozcan registros de otras regiones.
La agencia de noticias Xinhua informó que cerca de 900 estudiantes se encuentran sepultados bajo los escombros de una escuela secundaria en la ciudad de Dujiangyan, a unos 100 kilómetros del epicentro del sismo.
“Algunos jóvenes se esforzaban por liberarse de las ruinas mientras otros gritaban pidiendo ayuda”, dijo la agencia. El presidente Hu Jintao ha ordenado el máximo esfuerzo en las tareas de rescate.
En la vecina provincia de Shaanxi, por lo menos 61 personas murieron y otras 176 resultaron heridas, pero es muy posible que las cifras sean mayores, advirtieron las autoridades locales.
Xinhua también informó del envío de tropas a la zona afectada, a donde viajó el primer ministro para dirigir la labor de los socorristas.
Las primeras informaciones sobre la intensidad del temblor llegaron de los institutos sismológicos de Estados Unidos con medidores en Asia, porque aparentemente el servicio homólogo de China colapsó.
El epicentro del sismo se localiza en Wenchuan, a menos de cien kilómetros al noreste de la ciudad de Chengdu, la capital de Sichuan, donde se han producido más de ocho réplicas en la zona.
Chengdu, situada a 930 kilómetros de Pekín, la capital del país, tiene cerca de diez millones de habitantes. En la provincia, la más poblada del país, viven 87 millones de personas.
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