En febrero de este año, la Cámara de Comercio binacional pronosticó que las ventas hacia ese país subirían 20 por ciento frente a 2007. Sin embargo, hoy las estimaciones son más bajas.
Esto sucede teniendo en cuenta las trabas administrativas impuestas por el presidente Hugo Chávez en los últimos meses y la contracción de las exportaciones de la industria automotriz por la reducción de cuotas de importación.
En efecto, según la Cámara, si el gobierno venezolano no toma más medidas que frenen las importaciones y se mantiene el statu quo, las exportaciones colombianas al vecino país crecerán sólo 12,7 por ciento y llegarán a 5.872 millones de dólares.
El incremento, menor a lo esperado por lo empresario locales, se fundamenta en la demanda interna y la tasa de cambio preferencial del mercado oficial en Venezuela.
Sin embargo, si imponen tasas de cambio múltiples y el Producto Interno Bruto (PIB) es de 6,1 por ciento, la comercialización de bienes no superará los 4.601 millones de dólares, lo que representa un descenso de 11,7 por ciento.
“Tenemos que acostumbrarnos a que no haya una tasa de cambio única y que probablemente habrá que soportar una mayor”, asegura la presidenta ejecutiva de la Cámara Colombo Venezolana, María Luisa Chiappe.
La Cámara Colombo Venezolana presenta un tercer escenario, más pesimista. En caso de que se presente un ajuste con devaluación y el PIB sea inferior a 6,1 por ciento, inevitablemente las exportaciones colombianas disminuirán 41,3 por ciento y se ubicarán en 3.060 millones de dólares.
Al plantear estas previsiones, para organización ha sido determinante la relación entre los mandatarios de ambos países. “”Esperamos que el tema político tenga una solución porque mientras haya diálogo entre los dos gobiernos existen mejores oportunidades de enfrentar los problemas regulatorios”, indicó la directiva.
Contrario opina el experto venezolano de Ecoanalítica, firma de estudios económicos, Asdrúbal Oliveros, quien dice que las relaciones comerciales marchan independiente de lo político debido a la dependencia mutua.
“Colombia necesita un mercado para poner sus productos y Venezuela de esos bienes para cubrir el desfase que tiene entre oferta y demanda”, explica Oliveros, al señalar que los acuerdos suscritos con Argentina y China son más ideológicos que comerciales.
La dependencia de los dos mercados se refleja en el aumento de exportaciones de Colombia al vecino. Entre enero y abril de este año, las ventas externas aumentaron 80 por ciento.
Sin pagos
Pese al incremento de las exportaciones, continúa el retraso en los pagos de las importadoras venezolanas a las empresas colombianas. Las trabas administrativas han sido determinantes dentro de esta situación.
Los certificados de producción insuficiente son requisito indispensable para realizar la solicitud de las autorizaciones de dólares del Cadivi. Esta es una obligación para 95 por ciento de las partidas arancelarias, cuyos bienes son considerados como no prioritarios. Un 76 por ciento de las compañías reportan retrasos de uno a tres meses, mientras 38 por ciento, de cuatro a seis meses.
Desaceleración de la economía
En 2007 la economía venezolana creció 8,4 por ciento, sin embargo para este año se prevé un PIB de 6,1 por ciento, a pesar de la desaceleración, será uno de los comportamientos más destacados en América Latina. La economía estará impulsada por los precios del crudo. El ingreso petrolero una demanda en ascenso, insatisfecha por el aparato productivo interno. La inflación de vecino país subirá a 27,8 por ciento, 5,3 puntos porcentuales por encima de la reportada el año pasado.
La República
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