Más de 14.000 personas fueron evacuadas en el norte de California a causa de los incendios que azotan la zona y que están avivados por los fuertes vientos y elevadas temperaturas.
Las evacuaciones afectaron especialmente al condado de Butte, donde el fuego arrasó unas 20.000 hectáreas y destruyó 60 viviendas, además de dejar 16 heridos.
Durante toda la semana, los bomberos han trabajado arduamente para tratar de impedir que las llamas alcancen a más casas después de que un incendio forestal, iniciado por un relámpago, avanzó hacia las colinas de la Sierra Nevada, en el mismo estado.
“Grupos de bomberos a pie y con excavadoras estuvieron toda la noche en Concow tratando de evitar que el fuego alcanzara más casas”, dijo Joshpae White, un ingeniero del Departamento de Silvicultura y Bomberos de California.
En la ciudad de Paradise, cercana a Butte, miles de personas pasaron la noche fuera de sus casas, después de las evacuaciones ordenadas por los bomberos el pasado martes, pues se temía que las llamas, alimentadas por el viento, encendieran por segunda vez los bosques cercanos.
Casi cuatro mil casas en Paradise están amenazadas, ya que un primer incendio forestal destruyó 74 casas, el mes pasado.
Los bomberos también siguen trabajando a lo largo del río Feather, en la rivera opuesta a Paradise, que está bajo riesgo si los vientos cambian y el fuego cruza el río.