El representante del Fondo Mundial de Población de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Diego Palacios Jaramillo, señaló este hoy que Colombia tendrá que trabajar mucho más para resolver el problema del embarazo en la adolescencia.

Aunque Colombia ha avanzado en el acceso a métodos anticonceptivos y las tasas de fecundidad en general han disminuido, el número de embarazos en los adolescentes aumentó.

Según el informe “Hacia la garantía de los derechos sexuales y reproductivos”, presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas en conmemoración al día mundial de la población, en 1990 la tasa de embarazo en la adolescencia era de 70 por cada mil mujeres de 15 a 19 años, en el 2005 aumentó hasta 90 por cada mil mujeres.

Así mismo determinó que el 22 por ciento de las adolescentes en el país ha estado alguna vez embarazada, y que esta cifra aumenta con la situación de desplazamiento. “El 30 por ciento de las adolescentes desplazadas ha sido madre o está esperando su primer hijo. Dos de cada cinco de ellas no deseaban el embarazo”, señaló el informe.

Los embarazos en las adolescentes de las zonas rurales es 50 por ciento mayor que las que de las zonas urbanas, lo cual se relaciona con el mayor acceso a educación, información y servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los métodos anticonceptivos. Sólo en Bogotá el año pasado se registraron más de 20.000 nacimientos en madres entre 15 y 19 años, y cerca de 550 nacimientos en adolescentes entre 10 y 14 años.

Pero en la última década se ha evidenciado un aumento del número de adolescentes que inician su vida sexual, quienes además lo hacen a edades cada vez más tempranas. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el 44 por ciento de las adolescentes ha iniciado relaciones sexuales, dentro de las cuales un 14 por ciento son menores de 15 años.

Se estima que en todo el mundo 200 millones de mujeres aspiran a aplazar o evitar el embarazo, pero no están utilizando métodos seguros y eficaces de planificación de la familia.

Las razones son diversas: falta de acuerdo con la pareja, poca información acerca del riesgo de quedar embarazada y falta de acceso a anticonceptivos.

El acceso a servicios de salud sexual y reproductiva puede prevenir cada año la muerte de 2,7 millones de recién nacidos y 175.000 mujeres; pueden reducir la pobreza, frenar el crecimiento demográfico, mitigar la presión sobre el medio ambiente y promover una mayor estabilidad en el mundo.