El Gobierno de Ecuador ha notificado al de EEUU, de forma oficial, que tiene que desmantelar la base militar de Manta antes de noviembre del próximo año, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores del país suramericano.
El Gobierno avisó a la Embajada estadounidense en Quito de su decisión de dar por concluido el ‘Acuerdo de Cooperación’ bilateral de uso de la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta, oeste de Ecuador, para la lucha contra el narcotráfico en la región, suscrito el 12 de noviembre de 1999.
Ese acuerdo establecía el acceso y uso por parte de Estados Unidos de las instalaciones de la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta para actividades antinarcóticos, precisó un comunicado oficial de la Cancillería.
El texto señaló, asimismo, que en conversaciones mantenidas con funcionarios estadounidenses se acordó que las operaciones que se realizan en el puesto de Manta, amparadas en el mencionado acuerdo, terminen en agosto de 2009.
En esas conversaciones también se acordó que el proceso de retirada del personal extranjero de la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta finalice en noviembre de 2009, señaló el documento.
Según unas estipulaciones del acuerdo, “las instalaciones del Puesto de Avanzada estadounidense (FOL) serán transferidas a la autoridad correspondiente de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, detalló el texto de la Cancillería.
El acuerdo sobre la base de Manta se aprobó durante el Gobierno del ex presidente democristiano Jamil Mahuad, cuyo mandato concluyó anticipadamente en enero de 2000, después de que aprobara la dolarización de la economía ecuatoriana y en medio de la peor crisis financiera de la historia del país.
La presencia del contingente estadounidenses en Manta generó, desde su instalación, sospechas de amplios sectores sociales de Ecuador de que ese puesto servía para apoyar la lucha contra la guerrilla en Colombia.
Además, la captura y hundimiento de barcos pesqueros que transportaban de forma ilegal emigrantes ecuatorianos hacia EEUU generó duras críticas en Ecuador.
El actual presidente ecuatoriano, el izquierdista Rafael Correa, anunció desde la campaña electoral que le llevó al poder, en enero de 2007, su decisión de dar por terminado el acuerdo con EEUU sobre el FOL de Manta.