Cerca de 300 desplazados de diferentes partes del país intentaron esta mañana tomarse el parque de la 93 en el norte de Bogotá. Al sector llegaron familias enteras que trataron de instalarse pero de inmediato fueron repelidos por la policía antimotines.

El intento de toma fue fruto de la megajornada para miles de desplazados, que desbordó las expectativas y dejaron a muchos ciudadanos sin atender. Los organizadores reconocen problemas con logística y señalan que los desarraigados reclaman al gobierno nacional y distrital por el incumplimiento de los acuerdos suscritos por la agencia presidencial Acción Social.

El vocero de los desplazados, Ricardo Jiménez Calderón, explicó que la toma es pacífica, pero que si no atienden sus demandas, la extenderán indefinidamente.

Jiménez dijo que el 18 de junio se llegó a un acuerdo con el Gobierno nacional para la entrega de subsidios de vivienda y otros beneficios, pero que un mes después no fueron recibidos.