Idaly Calderón es la Presidenta del Directorio Conservador del Huila. Cuando la vi desnuda, presentí un infarto. Y quedé con esa sensación por un buen tiempo, pensando que –a mis 70 abriles- no estoy para choques semejantes.
La sorpresa fue mayúscula cuando confirmé que era ella la infartada, no propiamente por mis encantos físicos. Tampoco por haberle causado cualquier incomodidad personal. Juro que llegué a mirar al infinito cuando la tentación llegó a invadirme.
El reportaje que hicimos para AS OPINIÓN no sólo contenía fotos muy atrevidas. Hablamos de política, pasando por buenos y malos polvos, hasta profundizar en cuestiones de Estado.
Sus confesiones –tan fieles, reales y atrevidas como sus fotos (me dijo en las poses más sensuales que en la cama era irresistible) causaron mucha controversia en el Huila, hasta el punto de que algunos godos copartidarios suyos pidieron su destitución, ante el Directorio Nacional Conservador.
Lo que no sabía yo es que detrás de sus exhuberancias –talla 38b- escondía un corazón débil, a punto de languidecer. A sus 40 años, la Amparo Grisales del Huila, interesante, polémica, piernona, locuaz, liberal de pensamiento y conservadora de partido, acaba de afrontar una de sus peores crisis de vida.
Un infarto estuvo a punto de llevársela, cosa que no pudo hacer el papá de su hijo, ni todos los admiradores juntos que –según ella- no dan la talla para salir de su soltería.
Le acaban de salvar la vida en el Hospital Universitario de Neiva unos médicos eficientes, que la rescataron del túnel por donde iba rauda, para tristeza de muchos y alegría de los goditos que han querido tumbarla del puesto, molestos porque los gobierna una mujer. Muy buena, además.
Le estoy enviando a Idaly una nota muy sentida, pidiéndole a Dios por su salud. Y recordándole mi consejo: que siga viviendo con la intensidad y alegría que le son propias. Al fin y al cabo, polvo somos y en polvo habremos de convertirnos.
Comments are closed.