Brasil goleó de visitante a Chile. Dos goles de Luiz Fabiano y otro gol de Robinho, hicieron que los cariocas se impusieran 0-3 a Chile en el estadio Nacional de Santiago. Una selección chilena herida en su orgullo espera ahora a Colombia, que también tiene necesidad de ganar si quiere mantenerse en la carrera hacia el Mundial Sudáfrica 2010.

Chile arrinconó a Brasil con velocidad, triangulación y precisión pero los australes sufrieron en este juego del mismo mal colombiano: falta de definición.
Suazo se comió un gol debajo de los tres palos y en la jugada de vuelta, Luiz Fabiano peinó un tiro libre de Ronaldinho y dejó enmudecido el estadio santiaguino.

Con el correr de los minutos, Chile fue perdiendo velocidad y el medio campo de Brasil se acomodó mejor en la cancha.

Como resulado de esto, el talento de Robinho, Ronaldinho, Diego y Luiz Fabiano empezó a hacer estragos.

Brasil estuvo a punto de aumentar el marcador a los 35 minutos, pero Ronaldinho botó el penal.

Y cuando el partido estaba a punto de concluir la primera etapa, Robinho puso el gol que dio tranquilidad a los dirigidos por Dunga.

En la complementaria, Chile volvió a arreciar para recortar el marcador. Una falta de Kéber dejó a los brasileños con diez hombres y el camino parecía expedito para que el equipo de Marcelo Bielsa cumpliera su objetivo.

Pero a Alexis Sáanchez, Valdivia y Suazo se les olvidó el juego colectivo y trataron siempre de buscar la vía individual.

Tanto dar vueltas con el balón terminó con la expulsión directa de Valdivia, quien perdió el esférico y en su afán por recuperarla lanzó un planchazo a las piernas de quienes lo marcaban, a menos de dos metros del central, el paraguayo Carlos Torres.

Con ambos equipos con diez hombres, Brtasil le dio trámite, ahorcó las marcas en la zona media y empezó a contragolpear con un Luiz Fabiano que siempre salió airoso cuando encaró lo que quedaba de la defensa chilena, totalmente desordenada en su afán por descontar.

Premio a su trabajo, el gigante brasileño convirtió el tercer gol. Los últimos minutos fueron trámite porque Chile bajó los brazos y se entregó a su suerte.

Los australes recibirán el miércoles a Colombia, ambos con la misma necesidad de sumar puntos y con el mismo problema, el desperdicio en el frente de ataque.