El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, apostó por aumentar la presión sobre Irán hasta que deje de enriquecer uranio y advirtió del peligro que supondría ignorar el potencial militar del programa nuclear de la República Islámica.
«Un día nos levantaremos con una gran sorpresa y nadie podrá decir que no sabíamos que se iba a producir», dijo el mandatario galo en una conferencia de prensa tras su intervención ante la 63ª sesión de la Asamblea General de la ONU.
Sarkozy se mostró partidario de que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una nueva ronda de sanciones contra Irán si ese país no colabora plenamente con la comunidad internacional para asegurar que su programa nuclear es exclusivamente civil.
«Francia está dispuesta a ayudar a Irán para que logre desarrollar fuentes de energía nuclear, pero lo que es inaceptable es que consiga armas nucleares», apuntó.
Instó a Rusia y China, los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad junto a Francia, EEUU y Reino Unido, a involucrarse para evitar un Irán armado con una bomba nuclear.
Aseguró que París ha buscado la ayuda del presidente de Siria, Bachar al Asad, para que utilice su influencia en Teherán en favor de lograr una salida diplomática a la disputa suscitada por el programa nuclear iraní.
Sin embargo, no se mostró dispuesto a reunirse personalmente con el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, pese a las declaraciones de éste último manifestando su voluntad de hablar con líderes occidentales. «Me es muy difícil darle la mano a alguien que dice que hay que borrar a Israel del mapa, (porque) tengo principios y para mi es inaceptable», aseguró.
EFE