El caso de los 19 jóvenes de Bogotá y Soacha, que aparecieron muertos en Norte de Santander, destapó la desaparición de muchos otros muchachos, presuntamente reclutados por la guerrilla y grupos paramilitares en diferentes regiones del país.

En el departamento de Risaralda se denuncio que entre enero y agosto del presente año, 18 jóvenes salieron de sus casas y al día siguiente o unos después fueron reportados como guerrilleros muertos en combates con tropas del Ejercito.

Estos 18 muchachos, con edades entre 17 y 35 años, eran oriundos de los municipios de La Virginia, Pereira y Dosquebradas, y aparecieron muertos en zonas rurales de los departamentos de Quindío, Caldas, Antioquia y Santander.

En todos los casos sus familiares aseguraron que no les conocían vínculos con grupos guerrilleros o actividades delincuenciales y las autoridades relacionaron su situación con un supuesto reclutamiento forzado por parte de la guerrilla.

Las desapariciones comenzaron el 9 de enero en el municipio de La Virginia, cuando se reportaron las de José Luis Ospina, Héctor de Jesús Uribe y Carlos Mario Ramírez

Otros desaparecidos fueron identificados como Julián Andrés Arroyave, Álvaro Hernán Díaz , Carlos Arturo Velásquez , Fernel Andrés Londoño Tabares, Juan Carlos López Gaviria, Larry Mosquera Tagle, Gustavo Enrique Mápura Pozo, Juan Esteban López Ramírez, Julián Alberto Jiménez, Oscar Alexander Ramírez Otálvaro, César Augusto Cardona, Danilo Alberto Ríos Cifuentes, Carlos Arturo Jaimes Loaiza, Victor Manuel Granados López y José Hermes Marín.