Miles de indígenas colombianos que reclaman sus tierras ancestrales y protestan contra el genocidio del que dicen son víctimas anunciaron hoy que esperarán el domingo próximo al presidente Álvaro Uribe y advirtieron que si el gobernante incumple la nueva cita marcharán a Bogotá.
“Los compañeros del Cauca van a regresar a La María para retomar fuerzas para posteriormente definir si se marcha a Bogotá”, dijo Luis Evelis Andrade, presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic).
“Las representaciones indígenas de diez departamentos están definiendo el día en que podría comenzar una marcha hacia Bogotá, a la que se unirían los indígenas del Cauca que están en La María”, añadió Andrade.
El líder de la Onic aludió a la concentración de unos 40.000 indígenas de varias etnias que se encontraban en Cali, capital del departamento del Valle, desde el viernes pasado, tras una movilización, y que empezaron a devolverse al resguardo de La María, en el municipio de Piendamó, en la región vecina del Cauca.
Los indígenas que empezaron esa marcha a Cali hace 14 días y que aguardaban el domingo entrevistarse con Uribe, no lograron ese objetivo y señalaron que el mandatario incumplió la cita.
Uribe tras la cancelación del domingo, propuso un nuevo encuentro, en Popayán, capital del Cauca, pero los indígenas rechazaron esa ciudad e insisten en que sea en La María.
“Lo único cierto hasta el momento es que no se acepta la invitación del presidente a reunirse el próximo domingo en Popayán”, dijo Andrade a Efe.
Los miles de indígenas quieren discutir con Uribe la devolución de sus tierras ancestrales, denunciarán a él el genocidio de sus pueblos y la consiguientes violaciones a los derechos humanos, las agresiones y los desplazamientos forzados de sus resguardos, entre otros.
Uribe explicó que el domingo pasado no alcanzó a cumplir el encuentro con los indígenas por cuanto la sorpresiva liberación, tras una fuga, del ex congresista Óscar Tulio Lizcano en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por más de ocho años, le obligó a alterar y retrasar su agenda.
Efe