Arrastrada por una fuerte caída en los ingresos personales y en el consumo, la economía de Estados Unidos sufrió en el tercer trimestre del año una contracción del 0,3%, la mayor desde el 2001, cuando el país vivió su última recesión.
Este dato dibuja un panorama totalmente recesivo en la mayor economía del mundo, aunque según la visión clásica de los expertos se necesitan dos trimestres consecutivos de contracción para considerar que existe recesión.
La mayoría de los analistas había calculado que la contracción marcaría un ritmo de crecimiento negativo del 0,5%, y el hecho de que la caída no haya sido la esperada alegró a los mercados, que de inmediato reaccionaron con alzas y compras. En el segundo trimestre del año la actividad económica de Estados Unidos había marcado un ritmo de crecimiento del 2,8%.
El de ayer es un cálculo preliminar que será revisado en noviembre y en diciembre, a medida que el Gobierno del presidente George W. Bush compile más información.
Los indicadores apuntan a que en el tercer trimestre Estados Unidos entró en lo que podría ser la peor recesión en un cuarto de siglo. Por ello, a sólo cinco días de la elección presidencial el dato se convirtió, inevitablemente, en munición política.
“El anuncio de la contracción del Producto Interno Bruto en el tercer trimestre confirma lo que los estadounidenses ya saben: la economía está en caída”, dijo Doug Holtz, portavoz de la campaña del candidato republicano John McCain. De inmediato, Holtz pasó al ataque y señaló que las propuestas del candidato demócrata Barack Obama “acelerarán este curso peligroso”.
Obama, por su parte, dijo que “los consumidores son los que sufren más con la caída de las remuneraciones” y también pasó al ataque. “La caída del PIB no ocurrió por accidente, es resultado directo de las políticas de la Administración Bush, que McCain ha apoyado por ocho años y propone que sigamos en los próximos cuatro”, dijo.
Los nuevos datos hilaron una serie de récords negativos para la economía: la contracción del PIB fue la primera desde el 2001, y el gasto de los consumidores
—que en EE.UU. representa más de dos tercios del PIB—, cayó en ese período un 3,1%, la primera disminución en 17 años y la mayor ocurrida en 28 años.
Los ingresos personales, una vez ajustados con la inflación y después del pago de impuestos, bajaron en ese trimestre 8,7%, la mayor disminución trimestral desde que en 1947 empezó a llevarse registro de ese indicador.
El informe del Gobierno mostró que las ventas finales domésticas bajaron un 1,8%, la mayor caída en 17 años, mientras que las inversiones de las empresas bajaron 1%. La caída de un 6,4% en el gasto de los consumidores en bienes no duraderos, fue la mayor desde 1950.
La quiebra de Lehman Brothers y Washington Mutual elevó la morosidad en el tercer trimestre del año al récord de US$186.200 millones, reveló ayer Standard & Poors.
Lo único que impidió que la contracción fuera mayor en el tercer trimestre fue la reducción del déficit comercial, debido a la reticencia de los consumidores a la compra de bienes importados, y a la disminución en los inventarios. Si se incluyen estas dos categorías, la contracción del PIB entre julio y septiembre marcó un ritmo anual del 1,8%, la mayor desde 1991.
Y por décimo primer mes consecutivo, bajaron las inversiones en casas.
Algunos analistas calculan que la contracción en realidad se acentuó en septiembre y continuará marcándose en el cuarto trimestre, con lo cual al término del año el PIB tendría una caída de más del 2%.
EFE