La industria automotriz alertó ayer sobre nuevos peligros provocados por la crisis económica mundial, mientras las últimas cifras sobre la economía estadounidense alimentan el temor a una larga y dolorosa recesión que implicaría despidos masivos.
Fabricantes de carros en EE.UU., Gran Bretaña, Alemania e Italia han pedido auxilio a sus gobiernos, abriendo un nuevo frente en la crisis y provocando más desplomes en las bolsas.
La Reserva Federal, FED revisó fuertemente a la baja sus previsiones sobre el Producto Interno Bruto, PIB, de Estados Unidos, que debería ubicarse en el 2009 entre -0,2% y 1,1%. Para el año en curso, la FED espera un crecimiento entre 0,0 y 0,3%.
Cifras del Gobierno estadounidense indicaron ayer que los precios al consumidor cayeron un récord de 1% en octubre —la mayor caída mensual en 60 años—, liderados por los precios del petróleo, que bajaron a casi US$50 el barril, contra casi US$150 en julio pasado. Con esta caída la inflación interanual bajó a 3,7%, contra un 4,9% el mes anterior.
Los presidentes de los fabricantes estadounidenses General Motors, Ford y Chrysler advirtieron que la economía del país enfrentará un “colapso catastrófico” si el Gobierno no les otorga US$25.000 millones adicionales en garantías de préstamos.
General Motors, Ford y Chrysler, conocidos como los ‘Tres Grandes de Detroit’, emplean de forma directa a 240.000 personas en Estados Unidos, aunque algunos expertos consideraron que la crisis del sector puede costarle al país millones de puestos de trabajo.