Durante tres meses estará por fuera de servicio el principal sistema de abastecimiento de agua de la ciudad. Sin embargo, el suministro de agua para los 7 millones de bogotanos no se verá afectado.
Sin suspender el servicio de agua potable a la ciudad, técnicos del Acueducto de Bogotá iniciaron el revestimiento de uno de los túneles que trae agua desde el Embalse de Chuza en el Páramo de Chingaza hasta Bogotá.
Desde 1997, cuando se presentaron dos derrumbes en el Túnel Palacio – Río Blanco, el Acueducto de Bogotá diseñó un plan anual de revisión preventiva y de revestimiento de los 32 kilómetros de la estructura con fin de disminuir la vulnerabilidad y mitigar el riesgo de racionamientos de agua.
El procedimiento de revestimiento consiste en fundir una pared en concreto convencional a lo largo del Túnel para darle una mayor resistencia a la sección del mismo y evitar derrumbes que se pueden producir por desgaste del terreno al estar siempre en contacto con el agua.
En esta ocasión, las obras estarán concentradas en el revestimiento en concreto de 1.200 metros del Túnel y en la inspección detallada del sector conocido como Ventana – Simaya en la Cordillera Oriental.
En estas obras trabajarán 100 personas dividas en dos turnos y finalizarán en febrero del próximo año. El mantenimiento tendrá un valor cercano a 9. 500 millones de pesos.
Normalidad en suministro
El gerente General del Acueducto de Bogotá, Jorge Enrique Pizano, anunció que en esta oportunidad no se presentarán cortes de agua como ocurría en el pasado, gracias a que la Empresa cuenta actualmente con un sistema interconectado y con las reservas del Embalse de San Rafael que permitirán abastecer a la ciudad durante los tres meses de ejecución de los trabajos.