Las fuertes lluvias que caen desde el viernes en el estado brasileño de Santa Catarina han dejado hasta ahora cerca de seis decenas de muertos, más de 50.000 damnificados y cuantiosos daños en viviendas y obras de infraestructuras.
Al menos 65 personas han muerto por las lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra, mientras que 18 carreteras están bloqueadas por las mismas causas y se interrumpió el funcionamiento de un tramo del gasoducto que transporta gas boliviano hasta el sur de Brasil.
Los temporales, que han afectado a cerca de 1,5 millones de personas, ya que millares quedaron sin energía eléctrica, han golpeado especialmente el norte de Santa Catarina y la región del Valle de Itajaí, y los meteorólogos pronostican que las lluvias proseguirán durante tres días más.
“Casi todas las muertes fueron causadas por deslizamientos de tierras que han dejado enterradas a las personas en sus propias casas”, afirmó el gobernador de Santa Catarina, Luiz Henrique da Silveira.
El gobernador consideró además como “grave” la ruptura del gasoducto de Petrobras que lleva gas de Bolivia hasta el sur de Brasil.
La rotura de la tubería provocó un incendio y obligó a la petrolera brasileña Petrobras a cerrar los registros e interrumpir el abastecimiento de gas en el sur de Santa Catarina y en todo el estado de Río Grande do Sul.
El corte, por tiempo indeterminado, afecta principalmente a varias industrias de Río Grande do Sul que usan el gas natural boliviano, así como a los puestos de abastecimiento para vehículos que utilizan este combustible.
Tomado de: elmundo.es