Clara Rojas volvió a ventilar públicamente su “pelea” con Ingrid Betancur, transcurrido un año de su liberación. En nuevas declaraciones que hizo a la revista Vanity Fair, afirma que ni fue tan amiga de Betancourt ni nunca fue nombrada como formula vicepresidencial.
Como se sabe, Clara fue secuestrada junto con Ingrid Betancur, en ese tiempo en campaña como candidata presidencial, en el departamento del Caquetá. Luego de mas de seis años en poder del grupo subversivo, durante el cual tuvo un hijo de un guerrillero y fue conocida en el mundo entero como la candidata a vicepresidenta de Ingrid Betancourt, fue dejada en libertad por las Farc.
Según publica este viernes el diario El País de España, en la conversación con la revista, Rojas se desvincula de muchas de las etiquetas que se le han puesto en los años que pasó en cautiverio. Según sus palabras, ni fue tan amiga de Betancourt ni se la nombró nunca candidata a vicepresidenta de Colombia. Ella era su colaboradora, y la historia tantas veces repetida de que se ofreció voluntariamente a ser secuestrada junto a la candidata a presidenta, según Rojas, es falsa.
“Llevábamos tiempo hablando de personas que podían acompañar a Ingrid en su carrera, pero yo no figuraba en ninguna lista. No era la persona que ella hubiera propuesto ni pretendía serlo. La acompañé por amistad”, dice Rojas, refiriéndose a su colaboración con la carrera presidencial de Betancourt. Según el reportaje de Vanity Fair, fue Juan Carlos Lecompte, el segundo ex marido de Ingrid, quien la inscribió durante los primeros momentos del cautiverio como candidata para que su secuestro no quedara en el anonimato.
El porqué de su captura tiene también que ver con su amistad hacia Betancourt. Cuando los guerrilleros anunciaron que se llevaban a la candidata a presidenta, Rojas preguntó dónde se la llevarían. A ellos les pareció ofensivo que se interesara por su suerte y como castigo se las llevaron a las dos. “Yo tuve una actitud generosa y por eso esperaba algo diferente de Ingrid, pero no fue así. Ha sido desconcertante y doloroso. La selva nos distanció y todavía no sé muy bien lo que ocurrió, pero nunca he tenido nada en contra de ella. Eso sí, pensaba que era mi amiga, pero me ha demostrado que no lo era tanto”.
El hijo del secuestro
En 2003, Clara Rojas se quedó embarazada tras una corta relación con uno de los guerrilleros que la mantenía secuestrada.
En la conversación con la revista, la ex prisionera admite que se trató de una relación consentida y que no tiene información sobre el padre de su hijo, a quien llamó Emmanuel y le fue quitado de sus brazos a los ocho meses (para devolvérselo a días de la liberación).
“Es algo muy doloroso, de lo que no me gusta hablar, sobre todo por Emmanuel. Es un asunto muy complicado”.
A pesar de que ella evita el tema de su embarazo, en el reportaje se entrevista a un ex comandante guerrillero, Martín Sombra, capturado el año pasado, que asistió el terrible parto en el que nació el niño y que cuenta sin inmutarse detalles de la cesárea que tuvieron que practicarle a Rojas. “Hubo un momento en que tuvimos que decidir. O se moría ella o se moría la criatura”, explica Sombra.
Pero ambos sobrevivieron y hoy el niño vive con su madre y su abuela en Chía, un pueblo ubicado a unos 40 kilómetros de Bogotá. “Cuando me llama mamá lo hace con un sentido fuerte de propiedad”, cuenta Rojas. “Desde el primer día que lo vi me llamó así. El otro día me dijo: ‘Yo no tengo papá, así que tú eres mi mamá y mi papá. Pero yo necesito un padre y tú necesitas un marido’. En el fondo, estoy abierta a enamorarme, pero somos un paquetito: yo, mi hijo y mi madre. Y eso implica aceptación y renuncia.
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