El líder de Gobierno del estado australiano de Victoria, John Brumby, dijo hoy que los 50 desaparecidos por los incendios forestales harán aumentar casi con toda probabilidad la cifra de muertos hasta superar los 220.
«Hay aún un gran numero de personas, más de 50, que los forenses creen que han muerto, aunque todavía no se hayan encontrado sus cuerpos o identificado sus cadáveres», añadió Brumby.
Los expertos forenses han advertido de que es posible que algunos restos queden sin identificar, debido a que el fuego ha borrado sus huellas.
«Cuando ves estas áreas desde el aire, es espeluznante. En particular, la zona que rodea las poblaciones de Kinglake y Marysville. Hay cientos y cientos de casas totalmente destruidas, así que la cifra continuará creciendo», manifestó Brumby, en una conferencia de prensa que ofreció tras visitar la región de Mudgegonga, en el noreste de Victoria.
En la zona a la que se refería Brumby, la de Kinglake y Whittlsea, perecieron al menos 147 personas. La cifra oficial de víctimas mortales actual es de 173 en todo el estado.
Una alerta sobre el cambio climático, según Greenpeace
Los incendios en Australia son una advertencia sobre lo que representa el cambio climático, afirmó la organización ecologista Greenpeace. «La tragedia de esta semana muestra que el clima en Australia ha cambiado y ahora sabemos todos cuánto podemos perder si no logramos un acuerdo de acción sobre el clima mundial», manifestó la portavoz de la organización en materia de clima, Trish Harrup.
La organización subrayó que varios científicos han repetido que los incendios que brotaron el sábado, cuando la región meridional de Australia llevaba dos semanas bajo una intensa ola de calor, son el resultado del cambio climático.
Harrup dijo que era necesario que el Gobierno de Australia se plantee la reducción de las emisiones de gases contaminantes en un porcentaje mayor que el objetivo del 5% sobre los niveles de 2000 que anunció el primer ministro australiano, Kevin Rudd, el pasado diciembre.
La meta gubernamental es menos ambiciosa que el informe encargado por el Gobierno al profesor Ross Garnaut y que recomendó un recorte del 25% hasta 2020, recomendación que los ecologistas calificaron de insuficiente y que los empresarios tildaron de onerosa.
Uno de los científicos que trabajaron con Garnaut en ese informe, David Karoly, explicó esta semana que la ola de calor vivida este año en Australia no tiene precedentes y no pueden explicarse con la llamada «variabilidad natural».
Greenpeace expuso además que los científicos de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de Australia (CSIRO) han concluido que los días con temperaturas durante el verano australiano pasarán de seis a veinte a partir de 2050.
«La magnitud de la catástrofe, junto con las graves inundaciones que ha sufrido Queensland (estado en el nordeste de Australia) debe ser una llamada de atención a los políticos sobre la necesidad de empezar a tratar el cambio climático como una emergencia nacional» concluyó Greenpeace.