Descartado César Gaviria como candidato del Partido Liberal -aunque en política hay quienes reman con éxito hacia atrás-, no resulta fácil escoger el hombre (no veo ninguna mujer) que le haga contrapeso importante a Uribe, Santos, Vargas Lleras o a Fajardo.
Rodrigo Rivera, que pintaba bien, fue derrotado (aplastado) en la gran reunión del partido celebrada esta semana. Le exigieron además que se defina. Si está con Uribe o con el liberalismo. Y parece que él quiere seguir en las dos partes. Por conveniencia se iría a Palacio.
Rafael Pardo es tal vez una de las más importantes figuras de la colectividad roja. Se perfila como una buena carta presidencial. Le falta descender del pedestal clasista en que vive y untarse de pueblo. No resulta fácil pero tendrá que hacerlo. Hay que enseñarle a tomar chicha y comer morcilla.
Quizá el más completo de los candidatos sea Alfonso Gómez Méndez, que viniendo de la provincia (de su Chaparral del alma) entiende más a los de abajo, sin desentonar en los clubes de la alta sociedad, así algunos lo sigan viendo muy negrito.
Iván Marulanda es una de las grandes inteligencias del partido, sin votos para ser elegido ni siquiera concejal de pueblo. Juan Fernando Cristo comienza un proceso de maduración, que dará frutos algún día.
Cecilia López es una buena congresista. Y Piedad Córdoba divide opinión. Muchos la odian. Otros tantos (no tantos) la quieren.
No estoy sugiriendo que si no es Gaviria no tenemos otras posibilidades. Las tenemos… pero no rotundas.
Aunque rotundo no hay nadie. Quizá únicamente don Rotundo Bermúdez, un viejo liberal de Aipe, Huila.
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