La Policía metropolitana de Bogotá a través de las unidades del Gaula dieron captura a una mujer de 32 años, quien se valió de diversas artimañas para secuestrar a un pequeño niño de 3 meses de nacido.

Lida Patricia Romero, proveniente de Guataqui (Cundinamarca) arribó a Bogotá hace unos días con la excusa de realizar algunas diligencias de tipo personal, con esta historia se presentó en la casa de Jacobo Zarta y Nini Johana Cely, ubicada en la carrera 89 D bis con calle 40, teniendo en cuenta que los padres del niño raptado la conocían le dieron hospedaje sin reparo.

El día viernes, siendo las 3 de la tarde la madre de Breiner Andrey, salió de su residencia a buscar una persona que le hiciera un cambio de cerraduras en su vivienda, confiada en la amistad con la Lida Romero le encomendó su hijo por unos minutos, no obstante, al volver a su residencia 15 minutos más tarde no encontró a su hijo ni a la visitante.

De inmediato alertó a la Policía Metropolitana a través de la línea de emergencia, dando inició a la investigación que vinculó al mismo grupo de uniformados que logró el rescate del pequeño Joel. Bajo esta lógica se desarrollaron algunas entrevistas y demás acciones de investigación que permitieron develar el engaño.

Lida Patricia fingía desde hace algún tiempo estar en embarazo, de hecho, abandonó el pueblo de Guataqui en el mes de diciembre sin dejar rastro alguno, en la mañana del sábado llamó a su actual compañero permanente, y le afirmó que si deseaba conocer a su hijo debía recogerla en el municipio de Flandes (Tolima), no obstante, la mujer que secuestró al pequeño Breiner Andrey no sospechaba que los miembros del Gaula le venían siguiendo los pasos.

De esta forma, hoy en horas de la tarde, los uniformados ubicaron a la mujer en el preciso momento en que cumplía la cita a su actual compañero.

La mujer enfrentará un juicio por Secuestro Simple Agravado, teniendo en cuenta que la víctima es un infante.

Una vez más queda demostrada la eficiencia de la Policía Metropolitana de Bogotá frente a este terrible delito del secuestro, aún más cuando se trata de un menor de edad.