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Artunduaga: de sal y de dulce

ROBERTO POSADA GARCIA PEÑA

La gente suele montarse en la ola que más conviene. Resulta fácil ser gobiernista de todos los gobiernos y adular –sin vergüenza- a quien tenga el poder en su momento.

Roberto casi siempre navegó contra la corriente. Lo recordó Roberto Pombo, director de El Tiempo, en Radio Santa Fe.

Fue turbayista cuando casi era una vergüenza, no porque Turbay fuera una peste, sino por el desprestigio en que lo sumieron los lleristas y algunos medios que consideraban al –después Presidente- como sinónimo de clientelismo y corrupción.

Fue samperista cuando medio país y unos cuantos conspiretas querían tumbar al Presidente.

Se fue lanza en ristre cuando Andrés Pastrana atacó la libertad de prensa, él que se preciaba de venir del periodismo.

Fue muy liberal siempre. Y sin importar lo que dijeran otros liberales acompañó a Uribe en su reelección.

Pero siempre fue cordial, comentó el ex presidente Samper. Nunca el odio fue tema de sus columnas. Nunca repartió bilis, como sí lo hacen otros columnistas de la prensa nacional, adueñados de la moral, que miden ellos por sus rencores.

Roberto estuvo por siempre en las altas esferas del poder y la política, pero siempre actuó con cariño por los reporteros del montón.

Y cocinaba bien. Nunca pude comprobar si eran exquisitos sus platos (Pombo dice que no tanto). Pero en materia periodística … me consta que llegó a la madurez plena.

Y por esas cosas de Dios y de la vida….cuando mejor cocinaba se murió a los 54 años. Que en paz descanse, el excelente mosquetero.

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