La guerrilla de las Farc, dijeron en un comunicado difundido a través de la agencia en internet Anncol que las bases conjuntas con Estados Unidos serán “como una daga envenenada enterrada en el cuerpo de la patria y su punta alcanzará el corazón mismo de América Latina”.
El grupo rebelde aseguró que el “único objetivo (del acuerdo) es impedir el proceso democrático e integracionista de nuestros pueblos, que bajo la luz del ALBA han continuado el inconcluso proyecto libertario que dejara trunco el Libertador Simón Bolívar”.
Las FARC también llamaron a los militares para formar junto con el pueblo un frente común para defender la soberanía y dignidad de Colombia, que consideran humilladas con el tratado militar.
El acuerdo agravó las divisiones en Latinoamérica entre los países más cercanos a Estados Unidos, como Colombia y Perú, y sus críticos, liderados por Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez ha denunciado que Washington busca tener una plataforma desde donde invadir a su país.
Estados Unidos es el principal aliado de Colombia en la lucha contra el narcotráfico y los grupos armados ilegales vinculados en esa ilícita actividad. Desde el año 2000 ha entregado a Bogotá más de 6.000 millones de dólares.
Colombia, el mayor productor mundial de cocaína, sostiene que el acuerdo no autoriza a Estados Unidos a realizar operaciones ofensivas contra terceros países, en un intento por silenciar las voces de protesta.
Chávez, el más fuerte crítico de Estados Unidos en la región, ordenó llevar a cero el comercio con Colombia de más de 7.000 millones de dólares anuales, en medio de una crisis diplomática que surgió con la decisión de Bogotá de autorizar a Estados Unidos el uso de bases militares en su territorio.
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