Las principales celebraciones tendrán lugar en la Puerta de Brandenburgo, el símbolo de la reunificación alemana en 1990, y donde unas 1.000 fichas de dominó gigantes serán derribadas -a lo largo de un tramo de 1,5 kilómetros por los que discurría el muro- para mostrar cómo los gobiernos comunistas de Europa oriental cayeron uno tras otro después de 1989.
Alemania Oriental erigió el muro de hormigón de 155 kilómetros de largo en 1961 para rodear a Berlín occidental y evitar la fuga de sus habitantes hacia el enclave capitalista.
Se estima que más de 230 personas murieron tratando de cruzar el muro que dividió la ciudad por casi 30 años.
La barrera cayó inesperadamente el 9 de noviembre de 1989, tras semanas de protestas pro democráticas, en una noche que cambió la vida de millones de personas.
La canciller alemana, Angela Merkel, comenzó el día junto al presidente Horst Koehler y otros líderes en un servicio de oración en la iglesia Getsemaní. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, estaba entre los principales líderes en el servicio.
La iglesia Getsemaní sirvió como punto de reunión para los activistas de oposición en Berlín Oriental, en 1989.
100 mil personas están en Berlín para la celebración, que las autoridades de la ciudad llaman el “Festival de la Libertad”. La celebración incluye conciertos de rock, fuegos artificiales y una línea de enormes dominós de esponja que serán derribados a lo largo de donde se erigía el muro.
También habrá una vigilia por las 136 personas que murieron tratando de cruzar el muro entre 1961 y 1989.
La caída del Muro de Berlín allanó el camino para la reunificación alemana, la que ocurrió formalmente el 3 de octubre de 1990.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, encabeza la delegación estadounidense.
La secretaria Clinton dijo que Estados Unidos y sus aliados europeos deben mostrar la misma resolución que ganó la Guerra Fría para luchar contra los problemas de hoy día, extremismo, proliferación nuclear y calentamiento global.
Clinton dijo que la OTAN debe decidir tumbar los muros del siglo XXI y confrontar a quienes se ocultan detrás de ellos, incluyendo los atacantes suicidas y líderes que, según dijo, eligen su suerte por encima de la suerte de sus pueblos.
Entre otros que participan en las celebraciones en Berlín están el ex líder soviético Mikhail Gorbachev, y el ex presidente polaco Lech Walesa, dos de las caras más familiares de los últimos años de la Guerra Fría.
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