La Política de Seguridad Democrática, impulsada por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, desde que llegó al poder hace siete años, llegó a su nivel máximo, pero se debilita por falta de recursos económicos, por lo que la guerrilla y nuevos grupos paramilitares han logrado recuperarse.
Así lo aseguró la Corporación Nuevo Arco Iris, al revelar un informe sobre las acciones realizadas este año por organizaciones alzadas en armas, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y nuevos grupos paramilitares.
“La Política de Seguridad Democrática llegó a su techo y empezó su declive y se ha agotado, tuvo éxitos hasta el 2008, empieza su decadencia y el Estado tiene que pensar en un cambio de estrategia”, señaló a periodistas León Valencia, integrante de esa organización no gubernamental (ONG), que trabaja por una salida negociada al conflicto armado interno.
Valencia agregó que las FARC no sufren fuertes reveses desde mediados del año pasado, cuando a través de la Operación Jaque el Ejército colombiano rescató 15 secuestrados en poder de las FARC, entre ellos la ex candidata presidencial de nacionalidad colombo-francesa Ingrid Betancourt, tres contratistas norteamericanos y 11 policías y militares.
Detalló que las FARC han logrado este año aumentar sus acciones contra los civiles y contra las Fuerzas Armadas, y destaca que e incluso han incursionado en centros urbanos de importancia, como ha sucedido en el departamento del Cauca (suroeste).
Agregó que en cuanto a los nuevos paramilitares, estas agrupaciones han retomado sus acciones en ciudades como Medellín y Bogotá, generando una espiral de violencia que deja numerosas víctimas, especialmente entre la población civil.
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