Jerarcas de la iglesia Católica de Colombia, Venezuela y Ecuador instaron el viernes a los gobernantes de estos países a impulsar más una cultura de paz y atender a sus pueblos, dejando a un lado las recriminaciones políticas.
La exhortación se dio tras una reunión en la que intervinieron el monseñor Ubaldo Santana, presidente del episcopado venezolano, monseñor Antonio Arregui Yarza, directivo del episcopado de Ecuador y su colega y anfitrión, monseñor Rubén Salazar, de la Conferencia Episcopal colombiana.
Los prelados instaron en una rueda de prensa conjunta a fortalecer los lazos entre las tres naciones “hermanas”.
“A nosotros nos corresponde apelar a la conciencia y a la sabiduría de los gobernantes para que desarrollen más bien la cultura de paz”, indicó monseñor Santana. “A nuestros presidentes le estamos tratando de decir lo que debe reinar entre ellos: encontrarse, dialogar, buscar y oírse unos a otros, respetarse y creer que cada uno tiene en sus manos el potencial, un potencial enorme para conseguir el progreso de cada uno de nuestros pueblos”.
Los pronunciamientos “belicoso(s) de los políticos son muy electorales y muchas veces obedecen a intereses particulares; no nos debemos dejar arrastrar por esos lenguajes”, expresó.
Venezuela y Colombia se han mantenido en permanente tensión política y en constantes recriminaciones. Las últimas surgieron a raíz de un convenio de cooperación militar entre Estados Unidos y Colombia, acuerdo que el presidente venezolano Hugo Chávez considera una amenaza a la seguridad de su país y de la región.
No obstante, entre Ecuador y Colombia en los últimos meses, “la violencia verbal entre los dirigentes, sus discrepancias de orden ideológico se han, de cierto modo, suavizado”, anotó monseñor Arregui. “Pareciera como que han puesto en primer lugar, ambos gobernantes, los verdaderos intereses y sentimientos de nuestros pueblos”.
Quito y Bogotá ya designaron a encargados de negocios como un paso para la normalización de sus relaciones diplomáticas, rotas en marzo del 2008 debido a un ataque militar colombiano a un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano.
“Hay que llamar a la paz y no a la guerra… nosotros no podemos pensar siquiera en la posibilidad de una guerra especialmente con Venezuela porque no tiene sentido, sería algo catastrófico”, indicó monseñor Salazar.
Colombia, Ecuador y Venezuela “han sido países hermanos y debemos permanecer hermanos… además formamos (parte) de una única iglesia” Católica, destacó Salazar.