El director de la Policía de Colombia, general Óscar Naranjo, negó hoy que los paramilitares hagan un cerco a Bogotá, como denunció un informe de una ONG, y destacó el avance en seguridad que se ha registrado en el país en los últimos siete años.
“En Bogotá no hay un cerco por el paramilitarismo, como se afirma en el informe. Todo lo contrario, cuando uno visita barrios y localidades de la ciudad que fueron víctimas de ese proceso paramilitar nos piden los ciudadanos que no los estigmaticemos”, dijo el oficial.
De esta forma, Naranjo se refirió a un informe revelado esta semana por la Corporación Nuevo Arco Iris que señala que Bogotá se ha convertido en una zona de venganzas de grupos y de estructuras narcotraficantes asociadas al paramilitarismo.
“Bogotá no era una ciudad muy asediada por los paramilitares, pero ahora están llegando y teniendo modalidades parecidas a las que se ensayaron en Medellín, con el control de territorio y el apoderamiento de negocios”, señala el estudio.
El informe también indicó que Bogotá se ha convertido en una zona de venganzas de grupos y de estructuras narcotraficantes. “En lo que va del año se han registrado 106 acciones de sicariato y además el homicidio viene en un aumento constante desde 2007”, según el documento.
Sobre esto, el general Naranjo añadió que el único propósito de algunas nuevas bandas criminales en la capital colombiana es “proteger los centros de producción y consumo, las rutas de movilidad y los puertos de embarque de droga”.
Por su parte, el ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva, dijo que Bogotá y Medellín avanzan en la recuperación de seguridad y que algunos casos de violencia son
consecuencia de la “recomposición del crimen frente a la ofensiva de la Fuerza Pública contra los cabecillas de esas organizaciones delictivas.
“Bogotá tiene hoy una tasa de homicidios de 18 por 100.000 habitantes, casi la mitad de la que tiene Washington, la tercera parte de Río de Janeiro, es casi la décima parte de la que tiene Caracas”, añadió.