Internacional

ONU acepta el nuevo pacto climático de Copenhague

La cumbre sobre cambio climático organizada por Naciones Unidas evitó el fracaso el sábado al “reconocer” formalmente un nuevo acuerdo impulsado por el líder estadounidense Barack Obama y las potencias emergentes, incluyendo a China.

“Finalmente sellamos un acuerdo”, expresó el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. “El ‘Acuerdo de Copenhague’ puede no ser todo lo que todos habían esperado, pero esta decisión (…) es un comienzo importante”, argumentó.

Sin embargo, la decisión luego de los maratónicos diálogos climáticos de 193 naciones sólo “tomó nota” del nuevo acuerdo, un pacto no vinculante para luchar contra el calentamiento global negociado por Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica.

Las 193 naciones no apoyaron completamente el plan, que establece una meta para limitar el calentamiento global a un aumento máximo de 2 grados centígrados sobre niveles preindustriales.

También ofrece la posibilidad de un fondo de financiamiento de 100.000 millones de dólares en asistencia anual a naciones en desarrollo para el 2020.

El plan no especifica los recortes de emisiones de gases necesarios para limitar el calentamiento en 2 grados centígrados, considerado el umbral para los peores efectos del cambio climático que incluyen masivas inundaciones, sequías, aludes, tormentas de arena y aumento del nivel de los mares.

En una tormentosa sesión durante la noche, los diálogos llegaron al borde del colapso después de que Sudán, Nicaragua, Cuba, Venezuela y Bolivia se unieron para denunciar el plan liderado por Estados Unidos tras el retiro de cerca de 120 líderes mundiales al terminar la cumbre el viernes.

Las negociaciones de la ONU deben operar bajo consenso. Bajo un compromiso para evitar el colapso, la decisión final daría a conocer una lista de los Estados a favor de un acuerdo y aquellos en contra.

Un acuerdo requiere un apoyo unánime para ser adoptado, y Gran Bretaña dijo que un fracaso retrasaría la entrega de fondos comprometidos a los países más pobres para luchar contra el impacto del cambio climático.

El resultado podría llevar a que Estados Unidos y China – los dos mayores contaminantes del mundo – lideren una política global sobre cambio climático, y destacó falencias en el caótico proceso de la ONU.

CRITICAS

Una sesión plenaria final que se extendió toda la noche, presidida por el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, y que involucró negociadores nacionales, estuvo marcada por intercambios crecientemente irritables.

La disputada sesión tocó su punto más bajo cuando un delegado sudanés dijo que el plan en Africa sería como el Holocausto al causar más inundaciones mortales, sequías, aluviones, tormentas de arena y la subida del nivel del mar.

El documento “es una solución basada en los mismos valores que, en nuestra opinión, llevaron a seis millones de personas en Europa hacia los hornos”, dijo Lumumba Stanislaus Di-aping de Sudán.

El principal negociador de Suecia, Anders Turesson, no estuvo de acuerdo.

“La referencia al Holocausto es, en este contexto, absolutamente despreciable”, dijo Turesson.

Otras naciones, incluyendo Estados de la Unión Europea (UE), Japón, un representante de la Unión Africana y la alianza de los Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por su sigla en inglés) instaron a los delegados a adoptar el plan como un borrador de la ONU para actuar contra el cambio climático.

“Tenemos un riesgo real de que las charlas sufran el mismo destino de las negociaciones de la OMC y de otras discusiones multilaterales”, dijo el presidente de Maldivas, Mohamed Nasheed, instando a los delegados a apoyar el plan para evitar que el proceso se dilate por años.

Si algunas naciones se oponen, el acuerdo sólo sería adoptado por sus partidarios, los que actualmente están integrados por un grupo de países que producen más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Muchas naciones dijeron que el acuerdo está lejos de las ambiciones de la ONU para las charlas, planeadas como un punto de inflexión para impulsar al mundo hacia la energía renovable y lejos de los combustibles fósiles.