En el marco de la audiencia de control de garantías, después de haber superado las dos etapas iníciales de audiencia de legalización e imputación de cargos, la Juez 18 Penal Especializada fijó la medida de aseguramiento contra los asesinos del Sub Intendente de la Policía Miguel Martínez Tarazona.
La Juez 18 Penal Especializada, luego de escuchar los motivos de los abogados de los homicidas Rubén Darío Coronado Espinosa alias “El Chinche” de 19 años y de Frank Stik Torres Ricardo alias “Pacho” de 25 años, negó tajantemente la solicitud de detención domiciliaria, argumentando que desde el día en que dieron muerte al Sub Intendente de la Policía no se presentaron ante las autoridades judiciales, por lo cual se constituían en un riesgo para la sociedad, argumentando “que así como le quitaron la vida al uniformado a sangre fría, también lo pudieron hacer con otra persona”.
Otro de los argumentos para la negación de la medida fue el hecho de que tras enterarse que estaban siendo buscados, no mostraron la intención de acercarse a una autoridad judicial para dar a conocer los hechos, a sabiendas que les esperaba una pena de más de 20 años de cárcel, que les permitiría estar huyendo de las autoridades.
Y por último, indicó que los sindicados ya presentaban antecedentes por hurto agravado en los años 2006 y 2008, que la llevó ordenar de manera inmediata el traslado a la cárcel nacional Modelo, por los cargos de homicidio doloso predeterminado, hurto agravado y porte ilegal de armas.
La Juez 18 Penal, agregó que se dictó orden de captura contra Pedro Quinkas, el tercer miembro de la banda que permanece huyendo de las autoridades y quien ya se encuentra plenamente identificado, gracias a la aceptación de cargos que entregaron los capturados en la primera audiencia de legalización.
Los hechos se registraron hace exactamente un mes cuando Miguel Martínez Tarazona se dirigía a su residencia en el sector de Patio Bonito en el sur occidente de la capital, en una buseta, cuando fueron abordados a la altura del sector de Hayuelos por tres sujetos fuertemente armados con la intención de asaltar a los pasajeros, hasta cuando se encontraron con el uniformado y procedieron a amarrarlo a la silla, golpearlo brutalmente hasta que perder el sentido y finalmente dispararle a quema ropa, que le quitó la vida de manera inmediata.
Miguel Martínez Tarazona, de 33 años de edad, llevaba trece años en la Institución, había recorrido buena parte de las estaciones de policía en Bogotá en las secciones de vigilancia y para la época de su asesinato se encontraba a cargo de la instrucción de un contingente de patrulleros recién egresados de la escuela y que irían a apoyar las Estaciones durante los planes masivos de fin de año.
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