Lo que parecía ser una pareja ideal que convivía más de año y medio, terminó por convertirse en el más cruel intento de homicidio por parte del hombre que no resistió el hecho de terminar con su compañera sentimental, quien en estos momentos se debate entre la vida y la muerte, tras ser objeto del más pavoroso atentado que hayan hecho contra una mujer en el norte de Bogotá.
Olga Lucia Galindo compartió por más de un año y medio su vida sentimental con Ernesto Vásquez Flórez de 54 años, de edad, ingeniero civil, quien desde un comienzo le prometió el cielo y la tierra a la joven mujer de tan solo 19 años de edad, quien llegó a la capital para iniciar una sencilla, pero con el tiempo pasó a convertirse en una tormentosa y fatídica relación, señaló Ruby López, lider del conjunto residencial Portal de la Séptima, ubicado en la calle 186, de la localidad de Usaquén, donde se desarrollaron los hechos.
Después de recibir malos tratos y humillaciones, Olga Lucia Galindo decidió regresar a Ibagué, su ciudad de origen, pero debido a los insistentes llamados de su ex compañero, tomó la decisión que no correspondía.
Después de rociarla con una mezcla de gasolina, aceite y ácido, como lo indicaron las autoridades de policía, el hombre le lanzó un fosforo y para que su macabro acto criminal tuviera más resultados, le lanzó una toalla impregnada con la misma mezcla a la cabeza y en cuestión de segundo la joven mujer se convirtió en una antorcha humana.
Todos los vecinos coinciden en que la actitud de Ernesto Vásquez Flórez era atentar y acabar con la vida de Olga Lucia, debido a que ella lo había dejado hacía dos meses atrás, indicó Jorge Ramírez, líder comunitario del conjunto.
Mientras que Olga Lucia Galindo era auxiliada por sus propios vecinos, su ex compañero ya había ideado por donde escapar, siendo alcanzado tres cuadras más adelante entre los vecinos, unos auxiliares bachilleres que se encontraban en el lugar y una patrulla de tránsito que a esa hora estaba regulando el tránsito sobre la carrera séptima.
Estupor y rechazo es el sentimiento de todos los vecinos que tuvieron que presenciar tan cruel acto, incluso trauma ha generado en los menores que se encontraban a esa hora jugando dentro del parque del conjunto.