El triunfador de la segunda vuelta de la elección presidencial en Chile el domingo, gobernará con viento a favor en la economía en el 2010, pero el impulso externo no bastará y deberá tomar medidas para reactivar las inversiones y el empleo tras la recesión.
Analistas dicen que el multimillonario opositor de derecha Sebastián Piñera tiene buenas posibilidades de vencer en los reñidos comicios en que se medirá con el ex presidente Eduardo Frei, el candidato del bloque de centroizquierda que por dos décadas ha gobernado el país.
Ambos postulantes ofrecen una hoja de ruta similar en materia de manejo económico, según expertos.
Desde el retorno a la democracia en 1990, Chile ha sido gobernado por la Concertación, una coalición que le dio estabilidad y prosperidad económica al país, imprimiendo un sello social al modelo liberal de mercado del dictador Augusto Pinochet.
«La política fiscal y monetaria están razonablemente bien arraigadas (…) por lo que es poco probable que cambien mucho con cualquiera de los candidatos», dijo Guillermo Mondino, jefe de Investigación para Latinoamérica de Barclays Capital.
El próximo presidente dispondrá de una situación fiscal envidiable en la región para sacar adelante y sin contratiempos su primer año de Gobierno, con una economía que ya comenzó a reactivarse a un ritmo mejor al previsto.
En un anticipo, el Banco Central reveló la semana pasada que la economía creció a una tasa interanual de 3,1 por ciento en noviembre del 2009, en su primera variación positiva tras 12 meses de consecutivas contracciones de la actividad.
Pero en materia de desempleo las cifras no son tan halagüeñas, con una tasa sobre el 9 por ciento, por lo que en el Gobierno señalan que el gran desafío de la próxima administración es asegurar una recuperación con empleo.
Piñera ha prometido crear un millón de empleos en los cuatro años de su Gobierno, aunque sus posturas empresariales podrían chocar con sindicatos si gana la presidencia y con un Congreso dividido que lo obligaría a negociar.
Frei dijo en un reciente debate que creará cerca de 700.000 puestos de trabajo, porque una cifra mayor es imposible.
CRECER SIN TOCAR FONDOS
En el autónomo Banco Central esperan que la economía crezca entre un 4,5 y 5,5 por ciento este año tras contraerse cerca de 1,9 por ciento el 2009, apoyado en una recuperación de los envíos del país, como el cobre, la principal exportación de Chile.
«Un desafío clave del próximo Gobierno será sostener este crecimiento más allá de este año y cómo elevarlo, asumiendo tareas pendientes en materia de productividad y empleo», dijo Alejandro Puente, economista jefe del BBVA Chile.
Chile tiene el menor riesgo crediticio de América Latina y el país ha ganado aplausos por haber ahorrado en fondos soberanos los recursos que obtuvo del auge en el precio del cobre y que le permitieron financiar el gasto fiscal del 2009.
La popular presidenta Michelle Bachelet, que no puede repostularse, dejará al nuevo Gobierno casi 20.000 millones de dólares en dos fondos soberanos y en activos financieros.
Un comité financiero prepara una serie de recomendaciones para el nuevo presidente sobre la política de inversión de estos recursos, que podría incluir instrumentos en renta variable.
Pero la presión del próximo mandatario por impulsar y asegurar una rápida reactivación para alejarse del desempleo, podría animar al uso de los millonarios fondos soberanos y empujar un alza del gasto público más allá de lo contemplado en la Ley de Presupuestos del 2010.
«Dado el actual escenario internacional, un mayor gasto fiscal financiado con recursos de los fondos soberanos supondría una mayor oferta de dólares en el mercado y un peso todavía más apreciado», dijo Puente.
El peso chileno se fortaleció frente al dólar poco más de un 26 por ciento en el 2009 y esta semana llegó a sus máximos en 19 meses.
REFORMA TRIBUTARIA
Ante una esperada recuperación de la actividad económica, el Gobierno optó por un retiro gradual de un millonario plan de estímulo fiscal y fijó para el presupuesto del 2010 un gasto público de 4,3 por ciento, menos de la mitad del año pasado.
El presupuesto de este año contempla un endeudamiento por 7.800 millones de dólares. De ese monto, el actual Gobierno ya anunció la emisión de bonos en moneda local por 3.000 millones de dólares para financiar el déficit fiscal proyectado de 1,1 por ciento del PIB sin apreciar más al peso.
«Hay cosas limitadas en 2010 que se pueden hacer (…) porque la política fiscal ya ha sido delineada por Bachelet con el presupuesto de 2010. La pregunta es para el 2011, que es realmente cuando las políticas de la nueva administración se podrían aplicar», dijo David Duarte, analista de 4CAST.
No obstante, Frei planteó una reforma tributaria durante sus primeros meses de Gobierno para subir la recaudación en un 1 por ciento del PIB para ampliar el sistema de protección social, junto al rediseño de un royalty que se aplica a la minería.
Piñera también está abierto a una reforma tributaria orientada a favorecer y reactivar las inversiones entre las pequeñas y medianas empresas.
Con todo, el Gobierno que asuma el 11 de marzo contará con 7.800 millones de dólares para destinar a la inversión pública y 450 millones de dólares de libre disponibilidad.
(Con información de Reuters)