En las últimas horas, el Gobierno colombiano extraditó a Estados Unidos a William David Suárez, uno de los socios de David Murcia Guzmán, acusado de lavar cerca de 30 millones de dólares procedentes del narcotráfico y de adquirir 10 inmuebles de forma ilícita con el mismo fin en el país norteamericano.

La Justicia estadounidense acusa a Suárez de adquirir de forma irregular 9 viviendas en Miami y una en California para lavar activos procedentes del narcotráfico y de blanquear, a través de sucesivas transferencias bancarias, unos 20,7 millones de euros.

Suárez, con un chaleco antibalas, las manos esposadas y escoltado por policías fuertemente armados, fue entregado a agentes de la Agencia Antinarcóticos (DEA, en sus siglas en ingles) en una pista del aeropuerto de Bogotá, donde subió a bordo de un avión que lo trasladó a territorio estadounidense.

El colombiano extraditado, que en septiembre fue condenado a siete años y medio de prisión por captación ilegal de dinero, permanecía confinado en una cárcel de alta seguridad de Bogotá desde que fue capturado en enero de 2009.

Suárez, un taxista de 46 años, era uno de los principales socios de Murcia Guzmán, propietario de la empresa DMG con la que estafó cerca de 1.300 millones de euros en Colombia, según estimaciones de las autoridades nacionales.

El engaño se ejecutó a través del sistema de pirámides financieras, con el que el colombiano llegó a prometer una rentabilidad a sus clientes del 100 por ciento de sus inversiones. La estafa provocó disturbios en varios pueblos y ciudades del país donde los ahorradores destruyeron e incendiaron oficinas y vehículos.

Murcia Guzmán, condenado a 30 años de cárcel en el país latinoamericano, fue extraditado a Estados Unidos el pasado 5 de enero, donde se enfrenta a los mismos delitos que su compañero ante una corte de Nueva York.