El cierre de la revista Cambio tras 17 años de publicación semanal ininterrumpida, en los que denunció casos de corrupción y destapó escándalos en altas esferas gubernamentales, empaña hoy la celebración de Día del Periodista en Colombia.
El que es considerado el cierre de la revista Cambio tiene lugar después de que La Casa Editorial El Tiempo (CEET), cuyo socio mayoritario es el Grupo español Planeta, anunció el pasado 3 de febrero que la revista pasará a ser mensual y que su línea editorial se centrará en temas de sociedad, entretenimiento y turismo, entre otros.
En los últimos años, Cambio había denunciado casos de corrupción y escándalos como el otorgamiento de subsidios agrícolas a terratenientes, el espionaje del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, servicio de inteligencia) a opositores, periodistas y magistrados, o las ejecuciones extrajudiciales cometidas por el Ejército.
En este sentido, la Federación Colombiana de Periodistas (Fecolper) indicó hoy que, además de 167 agresiones contra periodistas en 2009 -entre ellas seis asesinatos-, la cancelación reciente de cientos de contratos de trabajo en el diario Hoy y el anuncio sobre la revista Cambio rodean hoy la celebración del día nacional del periodista en Colombia.
El cierre de Cambio, según explicó en su día Luis Fernando Santos, presidente de la CEET, se debió a las pérdidas económicas que arrojaba el semanario.
La decisión de la CEET, sin embargo, despertó suspicacias y críticas.
“Quienes trabajamos en los medios de comunicación sabemos que las razones que pesaron no fueron sólo las económicas, y que el cierre de Cambio tuvo que ver más con los callos que pisaron sus investigaciones periodísticas y sus denuncias que con la falta de pauta”, señaló la columnista María Jimena Duzán.
“Otros que deben estar de plácemes con el cierre de Cambio son los españoles dueños de El Tiempo. Queda claro que a ellos no les interesa que sus medios anden hurgando por ahí como roedores buscando escándalos debajo de las piedras cuando está de por medio su aspiración de ser el adjudicatario del tercer canal”, añadió Duzán.
De esta forma, la columnista se refirió al hecho de que Planeta aspira a obtener en Colombia un canal de televisión y puja por éste en una licitación pública que debe abrirse en breve, después de la cancelación de una primera convocatoria en la que dos de los tres consorcios que aspiraban se retiraron.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, pese a las suspicacias, aseguró hoy que su Gobierno “seguirá haciendo todos los esfuerzos para que el periodismo en Colombia sea libre”.
Agregó que uno de los objetivos de su política de “seguridad democrática” ha sido “hacer respetar la libertad de los periodistas” en el país.
Sobre esto, la Fecolper indicó que “contrario a la campaña internacional que realiza el Gobierno nacional sobre el ‘exitoso’ modelo colombiano para la protección de periodistas, las cifras demuestran un preocupante aumento en los ataques contra informadores”.
El vicepresidente Francisco Santos, de la familia propietaria de El Tiempo y de Cambio, por su parte, se abstuvo de señalar si en la decisión pesaron razones políticas o económicas, pero subrayó que “al periodismo colombiano y a Colombia le va a hacer falta una revista como ésta”.
Para Rodrigo Pardo, último director de Cambio, “es paradójico” que el fin de la publicación “coincida con la celebración del Día del Periodista”.
Es “lamentable todo lo que ha sucedido, porque es una decisión empresarial y tienen el derecho de hacer lo que quieran, pero yo digo que fuimos víctimas de ejecuciones extrajudiciales y presentados como muertos en combate, en el combate de las cifras”, indicó María Elvira Samper, ahora ex subdirectora de la revista, en declaraciones a emisoras de Bogotá.
Sin embargo, dijo tener “la firme convicción de que hay razones distintas, mucho más de fondo, para haber tomado una decisión que se había podido poner en práctica en una forma decente y respetuosa con una revista que ha cumplido con una función, que es la básica del periodismo: ser los perros guardianes del poder como habría dicho Winston Churchill”.
Samper remarcó que estaba absolutamente convencida de que en la revista se hizo lo que se tenía que hacer, y puntualizó: “no fuimos idiotas útiles del poder (…). Fuimos incómodos para el poder”.
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