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Parlamento Europeo escuchó argumentos del sindicalismo colombiano contra el TLC

En el marco de la 7ª ronda de negociaciones del TLC de Colombia con la Unión Europea, realizada en Bruselas la última semana de enero, los diputados del Parlamento Europeo escucharon, por primera vez, la voz del sindicalismo colombiano en torno a la situación de los derechos humanos y la violencia antisindical en nuestro país, esgrimidas como razones que los eurodiputados deben tener en cuenta a la hora de votar un acuerdo comercial con nuestro país.

Ocurrió el 27 de enero en la sesión de la Comisión de Comercio, que decidió abordar el tema del TLC con Colombia desde un enfoque de derechos humanos, en parte por la presión que han ejercido organizaciones sociales y de derechos humanos europeas y el moviendo sindical internacional, entre otros; y pese a que el gobierno colombiano hizo lo posible para que el tema no se tratara.

Para abordar el tema, el Parlamento Europeo invitó a Luis Alberto Vanegas, responsable del Área de Derechos Humanos de la CUT, por ser ésta la central más golpeada por la violencia: el 90% de los 2.731 sindicalistas asesinados en los últimos 23 años pertenecían a esta central; triste récord que nos ubica como el país más peligroso del mundo para la actividad sindical: el 60% de homicidios de sindicalistas del planeta, lo que genera gran preocupación en la comunidad internacional y ha hecho que, pese a su intensa labor diplomática, el gobierno de Uribe no haya logrado aprobar el TLC con Estados Unidos y Canadá.

Lo que sí logró el gobierno fue que en el mismo recinto donde habló el vocero de la CUT, hablara también Albeiro Franco, quien fue presentado como un sindicalista “disidente” del punto de vista de las centrales sindicales, quien hizo una férrea defensa del gobierno de Uribe, negó las afirmaciones y las cifras que presentó Vanegas, y lanzó improperios contra la CUT.

Lo que se dijo en la sesión

En la sesión habló por el gobierno colombiano Carlos Holmes Trujillo, embajador ante la Unión Europea, quien reiteró el discurso de siempre: que en este país ya no se violan los derechos humanos, que la violencia antisindical se ha reducido al máximo, que el tema sindical merece toda la atención del gobierno, y que las puertas están abiertas para cualquier investigación. En el mismo sentido, y a renglón seguido, el representante de los empresarios aseguró que el empresariado colombiano es el más preocupado por el respeto de las garantías de estabilidad, salarios, derecho de asociación, etc. etc.

A su turno el vocero de la CUT desestimó casi todo lo dicho por sus antecesores, y recordó que no en balde Colombia está incluida en la lista de de los 25 países que más violan las libertades sindicales en el mundo, y que no es cierto que la violencia contra sindicalistas haya mejorado. Señaló que en el período de Álvaro Uribe llevamos 573 sindicalistas asesinados (40 de ellos en el último año) y que el paramilitarismo antisindical no se ha extinguido sino que ha cambiado de piel, o sino —preguntó— cómo se explica que en el 2009 haya habido 261 amenazas de muerte contra sindicalistas.

Asimismo señaló que en varias ocasiones se ha demostrado que los actores de la violencia son agentes del Estado, como ocurrió en el caso de tres dirigentes sindicales asesinados en Arauca, quienes en principio fueron presentados como guerrilleros muertos en combate, pero después se demostró que fue una ejecución extrajudicial cometida por mandos militares que hoy están en la cárcel; como también mencionó las interceptaciones ilegales del DAS y el uso sistemático de información de inteligencia para asesinar sindicalistas.

Sin embargo, dijo el vocero de la CUT, lo más grave es la impunidad. Pese a que el gobierno, por presión de la comunidad internacional, creó la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía, ésta solo ha logrado 261 sentencias en un total de 2.731 casos de homicidio, casi en su totalidad contra los autores materiales, no contra quienes ordenaron los crímenes. Y la impunidad en casos de detenciones arbitrarias, desparecidos y atentados es del 99%.

“Tapar esos hechos es imposible y es suficiente para no avalar el TLC con un gobierno tan comprometido en la violación de los derechos humanos”, terminó diciendo Vanegas ante los eurodiputados.

Habla el sindicalista “independiente”

Por último habló Albeiro Franco, quien descalificó la información presentada por el vocero de la CUT y defendió la obra del gobierno Uribe, más incluso que el embajador Holmes y el representante de los empresarios. Soltó “perlas” como ésta: de los 40 sindicalistas asesinados el año pasado en Colombia, sólo uno tuvo origen en su militancia y acción sindical, el resto fue por motivos pasionales, líos particulares, o infaustas casualidades que nada tenían que ver con la actividad propiamente sindical. Y fue tan notoria su impostura, que un europarlamentario calificó su intervención como “vergonzosa”. Otro dijo: “El gobierno trata de intervenir en la representatividad del sindicalismo colombiano y utiliza mecanismos muy bajos, y uno de ellos es éste”.

Albeiro Franco se presentó como afiliado a Sinaltrafruit, sindicato del sector bananero de Urabá que cuenta apenas con 220 trabajadores, cuando Sintrainagro, filial de la CUT y verdadero representante de los trabajadores bananeros, tiene 19 mil afiliados. La misma CGT, de la que es filial Sinaltrafruit, en un comunicado que emitió el año pasado descalificó a Franco como vocero de esta confederación en el tema de los TLC, y se tiene información que actualmente no hace parte de este sindicato en razón a que fue expulsado por la asamblea de su organización.

“Nosotros enumeramos hechos reales que han ocurrido en el país y dimos el debate con altura, pero el señor Franco lo que hizo fue lanzar epítetos y mentiras, que nosotros como CUT vamos a refutar públicamente porque creemos que la opinión pública merece una claridad sobre lo que realmente ocurrió en esa audiencia de la Comisión de Comercio”, reveló Vanegas.

Fue importante que los argumentos del sindicalismo colombiano se hayan escuchado en el Parlamento Europeo, en el que ya se vislumbran fisuras y posiciones encontradas entre los diferentes grupos políticos. Mientras algunos eurodiputados consideran que por razones de coherencia política con los principios de la Unión Europea en el tema de los derechos humanos las negociaciones del TLC se deben suspender, otros consideran que éstas deben culminar. El debate se torna aún más complejo -sobre todo para el grupo socialista – si se toma en cuenta que los TLC negociados por Colombia con Estados Unidos y Canadá se encuentran congelados en sus respectivos Parlamentos en razón a consideraciones de derechos humanos, y concretamente en los numerosos crímenes perpetrados contra el movimiento sindical.

Opiniones de la ENS y la Dirección de la CUT

Consultado sobre lo que significa la presencia de un sindicalista como Albeiro Franco en los escenarios internacionales, Luciano Sanín, director de la ENS, señaló: “Las tres centrales colombianas representan el 95% de los sindicatos del país (unos 820 mil trabajadores), hay algunos sindicatos que se han inclinado a favor del TLC, lo cual es legítimo. Lo que sí es discutible es que se autodesignen como representantes del sindicalismo y los trabajadores colombianos; que sean fichas de la propaganda del gobierno, que se dedicó a promover giras de sindicalistas proclives al TLC, y los lleva a participar en eventos para que hagan declaraciones públicas en los países donde los TLC están estancados”.

Y agregó: “Lo que ocurre es que hay una gran equivocación del empresariado, el gobierno y ciertos sectores de opinión que piensan que con tratar de ocultar y desacreditar la realidad de derechos humanos de los sindicalistas van a superar la prueba a la que han sido sometido en los parlamentos de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europeo. Pero no lo logran porque los hechos son contundentes, los muertos están ahí, ahí están los sindicatos debilitados y casi exterminados. En vez de ponerse a decir que el sindicalismo está calumniando —que no lo está haciendo— deberían ponerse en el plan de solucionar los problemas, con verdadera decisión política. Pero ni siquiera han tenido la capacidad, ni la valentía civil para reconocer que en Colombia tenemos el mayor problema de violencia antisindical del mundo”.

Por su parte Domingo Tovar, Secretario General de la CUT, dijo que en su tarea de oposición al TLC están teniendo la ayuda y respaldo de trabajadores y sindicatos de la Unión Europea, en razón a que la CUT es filial de la Central Sindical Internacional. “Con ellos hemos realizado giras y desplegado toda una labor de denuncia, hemos expuesto nuestro punto de vista en diferentes escenarios”, agregó.