La tregua entre bandas delincuenciales rivales que se disputan el control territorial y del narcotráfico en Medellín ha permitido una reducción de las muertes violentas en esa ciudad, según lo explicó uno de los promotores del acuerdo.
Jaime Jaramillo Panesso, integrante de la Comisión por la Vida, reveló que el acuerdo de paz entre los bandos liderados por Maximiliano Bonilla, alias «Valenciano» y Eric Vargas, más conocido como «Sebastián», comenzó a gestarse en noviembre y recién empieza a dar resultados.
En Medellín, la segunda ciudad más poblada de Colombia con alrededor de 3 millones de habitantes, se registraron el año pasado 2.178 homicidios, un aumento del 108 por ciento frente a los 1.044 en el 2008, de acuerdo con estadísticas oficiales.
«Era un asunto exclusivamente humanista (…) logramos que hubiera un pacto de no agresión entre ellos, no con el Gobierno y eso ha determinado una caída importante en los homicidios», aseguró Jaramillo.
De acuerdo con estadísticas de la policía, mientras que el año pasado se registraron seis homicidios en promedio al día, en lo que va del 2010 la cifra ha caído a la mitad e incluso la semana pasada hubo 36 horas sin un solo asesinato.
El representante de la sociedad civil aseguró que su gestión y la de otras personas que buscaron la tregua contó con el apoyo del presidente Alvaro Uribe, pero aclaró que en ningún momento el acuerdo involucró al Gobierno o significó una reducción de las operaciones de las Fuerzas Armadas contra los grupos armados ilegales.
«Entre ellos estaban cansados de la guerra, cansados de que se maten las propias familias de los involucrados, hay un cansancio de la guerra y aceptaron esta mediación», declaró Jaramillo.
Los homicidios se incrementaron en Medellín como consecuencia de una disputa que surgió entre dos facciones que antes estaban al mando de Diego Fernando Murillo, alias «Don Berna», un antiguo comandante paramilitar extraditado a Estados Unidos.
La disputa surgió después de la extradición de Murillo, quien enfrenta procesos para narcotráfico ante la justicia estadounidense.
En tanto, el director de la Policía Nacional, general Oscar Naranjo, reconoció que la reducción del crimen en Medellín no obedece a la eficacia de la institución ni a la capacidad de control, sino al acuerdo.
Pero Uribe negó a su regreso de Quito, en donde participó en una cumbre la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), haber respaldado la tregua.
«Este Gobierno no acepta treguas entre bandas de criminales, el único camino que tienen los criminales es someterse a la justicia ordinaria, a la ley ordinaria», declaró el mandatario a periodistas.
«La instrucción nuestra es perseguirlos, derrotarlos, recuperarle plenamente la seguridad a Medellín y por su puesto siempre tienen ofrecida una vía que es el sometimiento a la justicia ordinaria», explicó.