El presidente colombiano, Álvaro Uribe, aseguró que su gobierno no acepta treguas entre bandas criminales e indicó que el único camino de los delincuentes es el de sometimiento a la justicia.
Estas declaraciones tienen lugar luego de conocerse un pacto de no agresión entre dos de las principales facciones de la banda delincuencial denominada Oficina de Envigado en la ciudad de Medellín (Antioquia), que acorde con sus gestores contó con el permiso del mandatario.
Al respecto, Uribe admitió que autorizó a la Iglesia católica para que adelante diálogos con los criminales, pero advirtió que en coordinación con el Comisionado de Paz y con el propósito de que se sometan a la justicia.
“La instrucción nuestra es perseguirlos, derrotarlos, recuperarle plenamente la seguridad a Medellín y por supuesto siempre tienen ofrecida una vía que es el sometimiento a la justicia ordinaria, a la ley ordinaria”, expresó, citado por una radioemisora local.
Por otra parte, este martes Jaime Jaramillo, integrante de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, reveló que los acercamientos con las bandas delincuenciales se hizo con el permiso del gobernante.
El presidente estaba informado pero nunca hablamos a nombre de él ni de la alcaldía”, acotó.
“Este era un asunto humanitario, visitando calles y cárceles logramos un pacto de no agresión entre ellos mismos y eso ha generado una caída sustancial en el número de homicidios”, agregó.