Un grupo de países amigos mediará entre Colombia y Venezuela tras el choque verbal de sus presidentes en la cumbre de Cancún que terminó este martes, un incidente que muestra la pugnacidad alcanzada en la relación bilateral.
El presidente venezolano Hugo Chávez afirmó en una conferencia de prensa tras finalizar la llamada Cumbre de la Unidad que su deseo es volver a tener “relaciones normales” con Colombia basadas en un respeto mutuo.
Por su parte el mandatario colombiano Alvaro Uribe dijo a los medios que los dos gobiernos se comprometieron a “cesar las intervenciones públicas que hagan daño”.
El incidente se produjo el lunes durante una comida en el marco de la cumbre, según fuentes diplomáticas de los dos países que coinciden en que hubo un fuerte intercambio verbal, aunque difieren en sus versiones.
La discusión se generó ante los reclamos de Uribe para que Venezuela levante las restricciones al comercio con su país a lo que Chávez respondió acusando a Colombia de haber enviado paramilitares para matarlo y amenazó con salir de la reunión.
“Sea varón. Estos temas se discuten en estos foros. Usted es valiente para hablar a distancia y cobarde para hablar de frente”, habría dicho Uribe, según declaraciones del canciller colombiano, Jaime bermúdez.
Pero la versión entregada en Caracas señala que fue Uribe quien “se volvió loco” cuando Chávez hizo la mención al tema paramilitar. “¡Yo no soy un matón, no soy un paramilitar!”, habría respondido “enfurecido” Uribe, según fuentes diplomáticas venezolanas.
Algunos presidentes, en especial el cubano Raúl Castro, intervinieron para calmar los ánimos.
El clima de tensión entre Bogotá y Caracas creció sobre todo después que el año pasado Colombia autorizó a que tropas de Estados Unidos usen sus bases militares, decisión que Chávez considera peligrosa para la seguridad de su país y otros de la región.
Ante la autorización, Chávez anunció que Venezuela priorizará el comercio con países distintos a su vecino, con el cual el intercambio bilateral había alcanzado a superar los 7.000 millones de dólares al año, más del 60% de ellos correspondientes a exportaciones colombianas.
El grupo de países amigos conformado en Cancún, en el este de México, estará encabezado por Leonel Fernández, presidente de República Dominicana y amigo de ambos.
Fernández ya tiene una experiencia como mediador entre ambos pues justamente fue el responsable de manejar la cumbre del Grupo de Río en 2008, tensionada entonces por otro episodio: la incursión de tropas colombianas en el norte de Ecuador para dar muerte a un jefe de la guerrilla de las FARC.
En esa cumbre de Santo Domingo Chávez, que había condenado el ataque de Colombia y había movilizado tropas hacia la frontera, se abrazó con Uribe, que había anunciado denunciaría ante la Corte Penal Internacional a su colega por supuesto apoyo a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Fernández destacó que el objetivo de la cumbre de Cancún fue “avanzar en la articulación” de un nuevo mecanismo de concertación política para solucionar diferencias como las que se presentan entre Colombia y Venezuela.
“Justamente hay un diferendo latente, que requiere de una intervención de parte nuestra”, concluyó.