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Chile: Van al menos 300 muertos y se registran saqueos

Socorristas avanzaban lentamente el domingo tratando de rescatar víctimas atrapadas bajo los escombros de un edificio de departamentos mientras a pocos metros personas saqueaban un supermercado y robaban bancos después de uno de los terremotos más potentes jamás registrado en Chile.

La cifra reportada oficialmente de muertes era de 214 pero la directora de la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio de Interior (ONEMI) Carmen Fernández dijo el domingo que seguía incrementándose y podría llegar a ser “por lo menos” 300.

El terremoto de magnitud 8,8 dejó unos dos millones de chilenos afectados y por lo menos 1,5 millones de casas afectadas, de las cuales medio millón son inhabitables, según las informaciones más recientes de las autoridades. El sismo también desató un tsunami que dejó varios muertos y desaparecidos en un archipiélago chileno pero que apenas afectó a otros países, aun cuando cientos de miles de personas fueron evacuadas. La alerta de tsunami fue cancelada un día después del terremoto.

La presidenta Michelle Bachelet, que entrega el cargo el 11 de marzo, declaró “estado de catástrofe” en cinco regiones del centro de Chile. En un mensaje a los chilenos el sábado por la noche calificó el terremoto es “una catástrofe de devastadoras consecuencias”.

En Concepción, la segunda ciudad de Chile situada a 115 kilómetros del sismo y 500 al sur de la capital, los rescatistas habían sustraído a 22 personas –seis de ellas muertas– de los escombros de un edificio de departamentos de 15 pisos que se desplomó y continuaban intentando hallar más sobrevivientes. Creían que al menos 60 personas estaban atrapadas.

El edificio “cayó al momento en que empezó el terremoto”, dijo el teniente de bomberos de Concepción Juan Schulmeyer.

Paulo Klein, quien dirigía un equipo de expertos en rescates, comentó que “es muy difícil trabajar en la oscuridad y con réplicas y adentro todo está muy complicado. Los departamentos están totalmente destruidos. Tienes que trabajar con mucha precaución”. Sus hombres utilizaban sierras y martillos hidráulicos pero el avance era muy lento, les tomaba casi una hora y media hacer un hueco en el concreto.

La policía utilizó gases lacrimógenos y camiones que disparan chorros de agua a presión para dispersar a unas 150 personas que forzaron las persianas del supermercado Líder para saquearlo, aprovechando escasa seguridad que mostraba y varios lograron sacar pañales, comida y agua.

Muchas personas gritaban que actuaban por necesidad pero se vio a varios de ellos que se llevaban consigo televisores u otros electrodomésticos.

Al otro lado del río Bío Bío en San Pedro, otros se abalanzaron sobre un centro comercial. Una tienda de vídeos fue incendiada, dos cajeros automáticos fueron partidos, un banco fue robado y un supermercado saqueado, en cuyo piso quedaron ciruelas aplastadas, comida de perro regada y botellas rotas de licor.

El sargento de policía René Gutiérrez vigilaba con otros efectivos el ahora vació negocio. “Fue una muchedumbre. Sacaron todo. Ahora estamos acá solamente para proteger el edificio, lo que queda del edificio”, manifestó.

En Concepción también se vio gente utilizando mangueras para sacar gasolina de los tanques subterráneos de estaciones de servicio.

El terremoto desgajó casas, puentes y autopistas y los chilenos cerca del epicentro fueron expulsados de sus camas por la fuerza del movimiento, que llegó incluso a sentirse en Sao Paulo, Brasil, a 2.900 kilómetros de distancia.

La dimensión completa del daño aún no ha sido cuantificada y al menos 90 réplicas de más de 5 grados de magnitud se han registrado tres el sismo principal.

En Santiago, aún era anormal el servicio de transportes tanto el tren subterráneo como en superficie. La energía eléctrica se normalizó al anochecer del sábado.

Además del terremoto, la Isla de Juan Fernández, a unos 1.500 kilómetros de las costas frente a Valparaíso, y toda la zona costera del Maule fue afectada por un tsunami que llevó sus aguas al interior de algunas localidades.

La televisión ha mostrado que el caso histórico de la pequeña ciudad de Curicó, 200 kilómetros al sur, fue devastado, hubo fuertes marejadas en Constitución e Iloca, en la misma zona y en la comuna de Cobquecura, cerca de Concepción, el 95% de las casas quedó en el suelo.

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