La capital del país entró en emergencia por fallas en el sistema de las alarmas de los Frentes de Seguridad Local que operan en la ciudad, programa que le ha permitido a los ciudadanos y a la misma Policía, contrarrestar la inseguridad en cada una de las localidades donde estos funcionan.

De acuerdo con fuentes de la Policía, diariamente se reportan daños en las alarmas que la misma comunidad organizada a través de los Frentes de Seguridad, instaló en sus cuadras y vecindarios, para que se activaran cada vez que se presentara una emergencia o acto delictivo en el sector.

Por mal uso, deterioro y falta de mantenimiento es que estas alarmas están dejando de funcionar, lo que ha llevado a que los mismos ciudadanos eleven cientos de solicitudes a las autoridades capitalinas para que sean reparadas y no queden a merced de los delincuentes.

En la actualidad existen 9.700 frentes de seguridad local, que se conformaron en los últimos cinco años, pero varios de ellos han dejado de operar toda vez que los ciudadanos, se han cambiado de residencia o han llegado nuevos vecinos y no les interesa el programa.

Las localidades que más Frentes de seguridad tienen en la actualidad son Suba con 1005 y Kennedy con 860, que prácticamente pueden colapsar si la Policía Metropolitana no les suministra la asistencia necesaria para mantenerlos activos.

Precisamente una de las localidades afectadas por el descuido y mal funcionamiento de este sistema primario de emergencias es el sector de Bosa, que a la fecha reporta 67 alarmas fuera de servicio, dándole paso a la presencia de delincuentes y por ende a la inseguridad.

Por lo anterior, entraron en un estado de emergencia, para hacer el diagnóstico necesario que lleve a establecer cuáles requieren mayor atención que lleve a la misma comunidad y la Policía desarrollar un periodo de mantenimiento para que los instaladores se dirijan a cada localidad y hagan el mantenimiento o reparación necesaria.

A esto hay que sumarle que la Policía Metropolitana, empezará a desarrollar un proceso de capacitación a los ciudadanos de cada localidad que deseen prepararse como instaladores, con el fin de que la misma comunidad sea autosuficiente con el estado de sus alarmas y no esperen a que las autoridades de la ciudad les resuelva sus problemas de mantenimiento.