Un grupo de hombres armados irrumpió en una fiesta en el norte de México y mató el viernes a ocho jóvenes e hirió a una persona más.
Se trata del segundo ataque de este tipo ocurrido en dos días. El jueves un grupo de hombres armados en la fronteriza Ciudad Juárez mató a tiros a seis jóvenes y a una mujer durante un funeral, además de que hirió de gravedad a una niña de 10 años.
Los asesinatos del viernes ocurrieron en el municipio de Navolato, cerca de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa. El vocero de la procuraduría estatal Martín Gastelum dijo que no contaba con detalles sobre las identidades de las víctimas, pero confirmó que había ocho muertos y al menos un herido.
Los atacantes llegaron en una caravana de vehículos y comenzaron a disparar con rifles de asalto, en una forma similar a la que suelen hacerlo las bandas de narcotraficantes, según reportes de medios locales.
El motivo del asesinato no estaba claro, pero los carteles más poderosos de México son originarios de ese estado.
En Ciudad Juárez, la cifra de muertes del tiroteo del jueves aumentó a seis el viernes luego de que una mujer murió por las heridas que sufrió en el ataque durante el funeral, que se realizaba en una vivienda para recordar a un joven que murió en un atentado con armas de fuego en su auto días antes.
También el viernes un grupo de marinos realizó una operación en un centro médico del estado de Nuevo León que las autoridades sospechaban era empleado para atender a narcotraficantes heridos.
Siete personas fueron arrestadas, incluyendo al personal médico y tres hombres con heridas de bala que presuntamente les fueron provocadas en un enfrentamiento contra la policía federal en la semana.
En Monterrey, capital de Nuevo León, integrantes de la Marina arrestaron al principal inspector de establecimientos de la ciudad pues se sospecha que trabajaba para la banda de los Zetas y exigía dinero a los clubs nocturnos para evitar ataques de las bandas.