El mayor acelerador de partículas atómicas del mundo está listo para el inicio de una nueva era en la ciencia con la colisión de dos rayos de protones cuyos resultados ampliarán el conocimiento sobre la conformación y las partículas más pequeñas del universo.
Considerado como el experimento científico más grande del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones _un proyecto de 10.000 millones de dólares_ promete revelar detalles sobre partículas y microfuerzas teóricas, afirmaron los expertos.
Dos rayos de protones comenzaron hace 10 días su aceleración a alta energía en direcciones opuestas alrededor de un túnel de 27 kilómetros (17 millas), en una instalación subterránea en Ginebra, en la frontera franco-suiza.
Los rayos son impulsados con una fuerza de 3,5 billones de electrovoltios, la energía más alta lograda por un acelerador y que casi triplica la marca anterior.
La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN por sus siglas en francés) pretende utilizar la mañana del martes poderosos imanes superconductores para obligar a que los rayos se crucen, lo que causará colisiones y liberación de partículas. Podrían lograrlo de inmediato, pero los colisionadores son difíciles de manejar y el experimento puede demorar varios días.
Aunque los rayos están conformados por cientos de miles de millones de protones, sus partículas son tan pequeñas que apenas se logra la colisión de unas cuantas con otras.
Steve Myers, director de aceleradores y tecnología del CERN, equiparó el desafío de alinear los rayos de protones con el de “lograr la colisión, a mitad de la distancia, entre agujas disparadas a ambos lados del Atlántico”.
Algunas personas han expresado objeciones al proyecto ante su temor de que las colisiones pongan en peligro a la Tierra con la creación de micro agujeros negros, versiones subatómicas de las estrellas colapsadas cuya gravedad es tan fuerte que pueden absorber planetas y otras estrellas.
El CERN y muchos científicos descartan cualquier amenaza a la Tierra o a la humanidad y coinciden en señalar que tales agujeros negros serían tan débiles que desaparecerían de manera casi instantánea sin causar daño alguno.
El colisionador funciona sin contratiempos desde noviembre, cuando fue vuelto a encender tras efectuársele reparaciones exhaustivas.
La máquina eclipsó al segundo mayor acelerador, el Tevatron del Fermilab, cerca de Chicago, al aumentar su energía a 1,18 billones de electrovoltios o TeV. El Tevatron funciona a 0,98 TeV.