El presidente estadounidense, Barack Obama, y el mandatario francés, Nicolas Sarkozy, reactivaron su alianza para imponer cuanto antes nuevas sanciones a Irán por su programa nuclear, tras un encuentro este martes en la Casa Blanca, que dejó atrás los roces entre los países.
Tras más de una hora de discusiones, ambos dirigentes estimaron que Irán ignoró la mano tendida de los occidentales y ya era tiempo de pasar a la fase de las sanciones.
“Espero que podamos hacerlo esta primavera (boreal)”, dijo Obama.”Me interesa poner a ese régimen en su lugar en cuestión de semanas”, agregó durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo francés, insistiendo en que Estados Unidos y Francia estaban “unidos” e “inseparables”, para evitar que Irán adquiera el arma atómica.
“Ha llegado el momento de tomar decisiones. Irán no puede seguir esta loca carrera” nuclear, agregó Sarkozy, quien realizó este martes su primera visita oficial a la Casa Blanca desde que Obama llegó al poder.
El mandatario francés indicó que junto a la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Gordon Brown, harían “todos los esfuerzos necesarios” para asegurarse “de que toda Europa” se involucre en el proceso de presionar y sancionar a Irán.
Sin embargo Obama admitió que no había “todavía” unanimidad internacional acerca de un endurecimiento de las sanciones. Ese es el caso de China, que sigue privilegiando la vía del diálogo.
“Tenemos que decirlo, es difícil, entre otras cosas, porque Irán produce petróleo y ciertos países piensan que, más allá de las infracciones cometidas por Irán, sus intereses comerciales son más importantes que los intereses geopolíticos a largo plazo”, señaló.
Durante su conversación en el Salón Oval, los dos mandatarios también se refirieron al asunto de la millonaria licitación para el suministro de aviones cisterna a Estados Unidos, que el gigante aeronáutico europeo EADS codicia, al igual que Boeing.
“Yo le dije (a Obama), confío en ti, si me dices que el llamado a propuestas será transparente, será leal, entonces EADS competirá y tenemos confianza” en ganarlo, afirmó Sarkozy con la evidente voluntad de limar asperezas.
A comienzos de marzo, EADS amenazó con retirarse de la competencia por la renovación de la flota estadounidense debido a que consideraba que el llamado favorecía a su competidor estadounidense Boeing.
“El proceso será libre y justo”, aseguró Obama, al subrayar que la decisión no la tomaba él, sino el ministro de Defensa, Robert Gates.
Los dos jefes de Estado, acompañados por sus respectivas esposas Michelle Obama y Carla Bruni, compartieron luego una cena privada de casi dos horas en los apartamentos presidenciales de la Casa Blanca.
Hacia las 20h30 locales (00h30 GMT), el matrimonio Sarkozy dejó la residencia del presidente estadounidense para tomar inmediatamente un avión rumbo a París.
Esperada con ansia desde hacía varios meses por París, la cita en la Casa Blanca pareció compensar lo que muchos consideraron un desliz diplomático, ya que Sarkozy fue el último gran dirigente europeo en ir Washington, mucho después que la canciller alemana, Angela Merkel, o el primer ministro británico, Gordon Brown.