Decenas de hombres armados lanzaron una serie de ataques inusitados y aparentemente coordinados contra dos guarniciones militares en el norte de México y desencadenaron enfrentamientos a tiros en que murieron 18 agresores.
Los asaltantes intentaron sitiar a soldados en sus bases _entre siete ataques casi simultáneos en varios lugares de dos estados norteños_ en lo que pareció marcar una escalada grave en la guerra contra las drogas en México debido a que presuntos sicarios atacaron con vehículos blindados, decenas de granadas de mano y rifles de asalto.
Mientras es frecuente que hombres armados disparen a patrullas de soldados, en muy raras ocasiones han atacado bases militares e incluso resultó más raro que hayan atacado a las fuerzas desplegadas por los enfrentamientos del martes en los estados norteños de Tamaulipas y Nuevo León que están en la frontera con Estados Unidos y han tenido una oleada de homicidios en los últimos meses.
Según las autoridades, la violencia surge principalmente de un enfrentamiento entre el cartel del Golfo y sus ex aliados, los Zetas, que son una banda de sicarios. El cartel _que al parecer hizo una alianza con otros carteles para exterminar a los Zetas_ ha hecho llegar a la población de la zona pancartas y correos electrónicos para alertarla de que el conflicto podría empeorar en los dos o tres próximos meses.
Los atacantes lanzaron siete agresiones contra el ejército, incluidos tres bloqueos, informó el miércoles el general Edgar Luis Villegas. Los ataques “son la reacción desesperada de las bandas criminales ante el avance logrado por las autoridades federales” contra las organizaciones del narcotráfico en México, dijo.
Villegas indicó que los atacantes estacionaron camiones y camionetas frente a una base militar en la ciudad tamaulipeca de Reynosa con la intención de impedir la salida de los soldados, y se desencadenó un tiroteo. Al mismo tiempo, otro grupo de hombres armados cerró varias calles que comunicaron con una guarnición en la cercana ciudad de Matamoros, también colindante con Estados Unidos.
Un tercer grupo de atacantes abrió fuego desde varios vehículos a los soldados que resguardaban una carretera federal en la localidad de General Bravo en Nuevo León.
Las tropas respondieron y dieron muerte a 18 atacantes, lesionaron a dos y detuvieron a siete sospechosos. Un soldado tuvo heridas menores.
Los soldados también confiscaron 54 rifles, 61 granadas de mano, varios proyectiles de lanzagranadas, ocho artefactos explosivos rudimentarios y seis vehículos blindados que utilizaron los atacantes.
Varios estados del norte de México son víctimas de una escalada de violencia relacionada con las bandas del narcotráfico.
El consulado de Estados Unidos en la ciudad norteña de Monterrey advirtió a los estadounidenses que viajen a México por la semana santa que ha habido enfrentamientos recientes en los estados de Nuevo León, Coahuila y Durango. El consulado dijo que los estadounidenses que viajen por carretera de Monterrey a Texas “deben estar particularmente alertas”.
En uno de los tiroteos entre soldados y atacantes dejó muertos a dos hombres armados en la carretera que comunica a Monterrey y Reynosa, que colinda con la ciudad estadounidense de McAllen en Texas.
Menos de una hora después de ese enfrentamiento, el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, había afirmado a la población que las autoridades recuperaron el control en las carreteras del estado.
“Hemos encontrado tranquilidad en las carreteras, pedimos a la ciudadanía que si tiene planes de salir de disfrutar estas vacaciones que lo haga”, dijo Medina.
Horas antes, las autoridades mexicanas anunciaron la captura del sobrino de un reputado capo del narcotráfico junto con el jefe de policía de una ciudad petrolera acusado de proteger a un cartel de las drogas.
La policía federal detuvo en el estado oriental de Tabasco a Roberto Rivero Arana, quien se identificó como sobrino de Heriberto Lazcano, sindicado como jefe del cartel de Los Zetas, dijo la procuraduría general.
Fue detenido junto con Daniel Pérez, jefe de policía de Ciudad del Carmen, agregó la agencia en un comunicado. Pérez fue acusado de recibir 200.000 pesos (16.000 dólares) mensuales para proteger a la banda.
La agencia dijo que le decomisó a ambos 10 fusiles, una granada, municiones y drogas.AP