Internacional

Un aguacero de más de quince horas provoca ocho muertes en Río de Janeiro

El fuerte aguacero que castiga desde la tarde del lunes a Río de Janeiro provocó al menos ocho muertes y un completo caos en la segunda mayor ciudad brasileña, hasta el punto de que las autoridades recomendaron hoy que nadie salga de casa.

Los deslizamientos de tierras causados por las lluvias han causado hasta ahora la muerte de ocho personas, entre las cuales un bebé de cinco meses y una joven de 16, en tanto que otras cinco están desaparecidas, según el último boletín de la Defensa Civil.

Los deslizamientos sepultaron viviendas en las favelas de Borel, Turano y Macacos, barriadas pobres en la zona norte de Río de Janeiro, así como en Recreio dos Bandeirantes, en la zona oeste de la ciudad.

Con las calles convertidas en verdaderos ríos, el tránsito paró totalmente en diferentes regiones de la ciudad y numerosos automóviles quedaron cubiertos por el agua.

“Todas las vías importantes de la ciudad están interrumpidas por inundaciones. Es un riesgo enorme para cualquier persona intentar atravesar esas inundaciones”, afirmó el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, en una nota en la que le pide a la población permanecer en casa.

El alcalde también recomendó a las personas que viven en algunas áreas montañosas consideradas de riesgo que abandonen sus viviendas y busquen locales más seguros ante la posibilidad de que nuevos deslizamientos provoquen más tragedias.

Las redes pública y privada de escuelas determinaron el cierre de los establecimientos, así como numerosas oficinas y comercios, que no cuentan con empleados suficientes para operar.

Las áreas más afectadas son la zona norte y sur de Río de Janeiro, en donde numerosos barrios están aislados y sin suministro eléctrico.

Además de las inundaciones, el tránsito quedó interrumpido en algunas calles por deslizamientos de tierras y caídas de árboles.

Las autoridades cortaron el tráfico en algunos de los túneles que comunican las diferentes zonas de la ciudad, así como en el puente de 14 kilómetros que separa a Río de Janeiro de Niteroi.

Pese a que el aeropuerto internacional opera con la ayuda de instrumentos auxiliares, el aeropuerto para vuelos regionales está cerrado desde la noche del lunes.