De vuelta al golf tras un escándalo sexual y en procura de enderezar su vida, Tiger Woods no demoró en demostrar que su juego sigue intacto.

Woods arrancó a todo vapor en el Masters de Augusta al situarse en los puestos de vanguardia del tablero de posiciones. Después de los primeros nueve hoyos, tenía una tarjeta de 33 golpes, tres bajo par.

Se lució con un eagle en el hoyo 8 gracias a un golpe desde unas 10 yardas (9 metros), recuperándose de su único bogey en la primera parte del recorrido en el campo del Augusta National.

Acto seguido, ejecutó un brillante birdie desde una zona de árboles de pino con el hierro 5. Lo hizo con un putt desde 12 yardas (11 metros) que hizo rugir a los espectadores. Se encontraba a sólo dos golpes de los líderes, Phil Mickelson y el veterano Tom Watson.

Sin la barbilla que tenía durante las rondas de práctica esta semana, el número uno del mundo recibió un cerrado aplauso cuando inició su recorrido.

El cuatro veces campeón del torneo depositó la pelota en el fairway y luego se acercó a 15 yardas (17 metros) del hoyo con su segundo impacto. Su intento de birdie se fue apenas desviado y sólo debió tocar sutilmente para el par.

No se sabía qué esperar de Woods en su vuelta para una de las rondas más anticipadas y escudriñadas en la historia del golf.

Aunque Woods recibió mucho aliento de la afición en Augusta, una avioneta sobrevoló Augusta con una pancarta que hacía un juego de palabras entre el budismo –la religión que profesa– y el escándalo. (Con información de AP)