Ciencia y Tecnología

Un avión propulsado por energía solar completa su primer vuelo

El avión “Solar Impulse”, propulsado exclusivamente por energía solar y con el que su promotor, Bertrand Piccard, planea dar la vuelta al mundo en 2012, ha completado hoy su primer vuelo de una hora y media, tras aterrizar en el aeródromo militar de la ciudad suiza de Payerne (cantón de Vaud).

El piloto alemán Markus Scherdel fue quien logró que las hélices del “Solar Impulse” alcanzasen su mayor logro hasta la fecha, para alegría del psiquiatra suizo Piccard, quien siguió el vuelo en helicóptero.

El prototipo despegó a una velocidad cercana a la de una bicicleta, unos 45 kilómetros por hora, pese a que 63,4 metros separan los extremos de sus alas -la misma distancia que un “Jumbo”- y a que su peso ronda los 1.600 kilos, más o menos el de un automóvil.

El vuelo se efectuó a una velocidad media de 70 kilómetros por hora, alcanzados gracias a los cuatro motores eléctricos de 10 caballos cada uno que mueven a un avión cubierto de unas 12.000 células de energía solar.

La aeronave consiguió sobrevolar el pasado diciembre una distancia de 350 metros en el aeródromo de Dubendorf, en las afueras de Zúrich, a una altura de un metro, mientras que en la travesía de hoy ha planeado a una altura de alrededor de 1.000 metros.

La meta de Piccard consiste en que el prototipo, con un coste de 70 millones de euros, circunvale el mundo con cinco escalas en cinco días dentro de dos años.

Sin embargo, el reto más próximo pasa por un vuelo nocturno programado para finales de este año, a partir de cuyas conclusiones técnicas se construirá un nuevo aparato.

Este proyecto, que ha requerido cinco años de trabajo, entre simulaciones y su construcción, busca demostrar el potencial de las energías renovables, promover su utilización y demostrar el ahorro de energía que puede lograrse gracias a las nuevas tecnologías.

En 1981, otro avión solar ultraligero con un piloto a bordo, denominado “Solar Challenger”, voló de Francia a Inglaterra en cinco horas.

Piccard, un aventurero de poco más de 50 años y nieto del inventor del batiscafo, Auguste Piccard, se convirtió en 1999 en el primer hombre en dar la vuelta al mundo en globo sin escalas.