Los picogramos de producto dopante detectados en la orina de Alberto Contador en el último Tour de Francia suscitan numerosos interrogantes sobre los motivos de su presencia en la muestra del corredor español, al que no todos los expertos conceden el beneficio de la duda.
Ningún científico puede imaginar cómo un gran favorito del Tour de Francia como Contador puede tomar el riesgo de doparse durante la ‘Grande Boucle’ con una sustancia prohibida tan fácil de detectar como el clembuterol, un producto conocido por los deportistas por sus efectos anabolizantes.
El caso es especialmente complicado por los bajos niveles detectados -50 picogramos/mililitro- y por el hecho de que aparezcan en el control del 21 de julio, pero no en el de los días anteriores o siguientes.
Para algunos, una tasa así sólo puede proceder “de una contaminación”, según el hematólogo francés Michel Audran, consultado por la AFP.
Pero esta contaminación… ¿se debería al consumo de carne de un animal tratado con esta sustancia o sería por plasma contaminado de clembuterol durante esa segunda jornada de descanso?
El diario francés L’Équipe refuerza esa segunda opción al afirmar, en su edición de este viernes, que el laboratorio antidopaje de Colonia, donde fue analizada la muestra en cuestión, ha encontrado también en la orina restos típicos de las bolsas de plástico utilizadas para las transfusiones sanguíneas.
“Si las fechas (del control) son las correctas, es más probable que Alberto Contador haya hecho como (Floyd) Landis y que haya pecado de imprudencia en sus autotransfusiones”, estima un experto danés, Rasmus Damsgaard.
Landis, el estadounidense campeón del Tour de Francia de 2006, vio su carrera finalizada por un control positivo por testosterona, en un momento donde tenía en ‘stock’ sangre de cara a la ronda francesa.
“Se sabe desde hace años: los corredores se hacen transfusiones sanguíneas” en el Tour, cuenta Michel Audran.
Este método se habría priorizado porque es indetectable por las pruebas clásicas, aunque las transfusiones de la sangre del propio ciclista podría teóricamente detectarse con ayuda del pasaporte biológico, en casa de variaciones brutales del perfil sanguíneo del corredor.
El pasaporte también tendría fallos, como subraya Audran. “Los que rodean a los deportistas saben adaptarse a los modos de detección. Si eres experto, no te inyectas sólo glóbulos rojos, sino glóbulos rojos por un lado y plasma por el otro”, destaca.
“Hay más volumen, pero la concentración no se mueve. Esto permite esconder la transfusión, se tienen más problemas para verla”, precisa el científico.
Las investigaciones complementarias llevadas a cabo por la Unión Ciclista Internacional (UCI) con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) deberían determinar en las próximas semanas si hay motivo o no para sancionar a la estrella española.
Por el momento, la UCI ha optado por suspender provisionalmente al corredor madrileño, a la espera de saber cómo evoluciona el caso, mientras el mundo del ciclismo vuelve a estar en el punto de mira de las sospechas por el dopaje, que tanto daño le ha hecho en los últimos años. AFP
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