Pakistán cerró ayer a los camiones de abastecimiento de la OTAN el principal paso fronterizo con Afganistán. Todo apunta a que la decisión del Gobierno obedece al aumento de los bombardeos en suelo paquistaní con aviones no tripulados estadounidenses y helicópteros de las tropas aliadas desplegadas en Afganistán. En un ataque lanzado el pasado miércoles por un helicóptero de la Fuerza Internacional para la Seguridad de Afganistán (ISAF) murieron tres soldados paquistaníes, lo que llevó a Islamabad a endurecer su postura frente a la OTAN.
El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, se reunió ayer con el director de la CIA, Leon Panetta, quien se encontraba de visita en el país, y le pidió que Estados Unidos respete la “soberanía” de Pakistán. Durante este mes de septiembre los drones de la CIA han realizado en suelo paquistaní 22 bombardeos -la media del año estaba en 15 mensuales- para acabar con jefes de la guerrilla talibán. En los ataques también han muerto un centenar de víctimas civiles. Los llamados “daños colaterales” desatan la ira y la violencia de las tribus que habitan en las zonas fronterizas con Afganistán y debilitan aún más la posición del Gobierno.
Los comercios de las ciudades de Waziristán Norte, una de seis áreas tribales y principal feudo de la insurgencia talibán, cerraron ayer sus puertas en protesta por el aumento de los bombardeos con aviones no tripulados. “Los estadounidenses matan civiles inocentes y el Gobierno no nos protege”, declaró Malik Jalal, uno de los impulsores de la huelga, que aseguró que al menos hubo 120 civiles muertos en septiembre.
Decenas de camiones con todo tipo de suministros forman una enorme cola en las inmediaciones del paso fronterizo de Khyber. Si no se abre pronto, las tropas de la OTAN desplegadas en Afganistán sufrirán un duro revés y las relaciones entre Pakistán y EE UU pueden verse seriamente deterioradas. De momento, el paso de Quetta, en la provincia paquistaní de Baluchistán, es la única ruta abierta a los convoyes de la OTAN para Afganistán.
El presidente Asif Alí Zardari también se reunió con el jefe de la CIA, a quien advirtió que Pakistán desaprueba cualquier “violación de su soberanía”. Según se indicó en un comunicado de la oficina del primer ministro, Panetta destacó el “papel crucial” que juega Islamabad en la lucha contra el terrorismo y se comprometió a que Washington investigue la incursión de los helicópteros de la ISAF en Pakistán.